Las operaciones del Ejército sirio y de Hezbolá en Arsal (Líbano) y la región del Qalamún (Siria) inquietan profundamente a Israel y también a sus amigos árabes y occidentales.
El periodista de Al Mayadin, Hassan Abdulá, se refiere a la victoria de Hezbolá y el Ejército sirio frente a los terroristas del Frente al Nusra en la periferia de Arsal:
“Los terroristas que huyen por centenares en este momento de estas localidades tenían una doble misión: cometer atentados con bomba y aterrorizar a las poblaciones locales, por un lado, y hostigar y paralizar al Hezbolá libanés, por otro. Esta segunda misión, apoyada por Israel, buscaba debilitar la potencia militar de Hezbolá y, a largo plazo, su desintegración. En este sentido, la ofensiva contra Al Nusra en Arsal posee una dimensión regional. Es una guerra que se inscribe en la prolongación de los combates antiterroristas en Siria, Iraq y Yemen”.
Según el periodista, “el rápido avance de Hezbolá y la liberación de las localidades estratégicas de Arsal inquieta a Israel y sus aliados árabes que lo habían apostado todo a Al Nusra”.
Al Mayadin evoca también la importancia de la ofensiva llevada a cabo por la Resistencia:
“El primer factor de importancia de esta operación reside en el hecho de que esta ofensiva busca abortar el proyecto norteamericano-israelí en Siria, Iraq y Yemen. Pero la ofensiva de Arsal es importante también porque contribuye a desmantelar a los terroristas, cuyo principal objetivo era arrastrar a Hezbolá a una guerra de desgaste. La liberación de del 90% de Arsal en sólo tres días de combates libera a la Resistencia de una carga logística y militar significativa. Israel esperaba servirse de esta presencia de Al Nusra como un importante instrumento contra Hezbolá y el Líbano. Sin embargo, la derrota de Al Nusra priva al régimen israelí de un activo y refuerza a la única fuerza militar árabe que ha vencido a Israel”.
Source: Al Mayadin