“Las relaciones entre Jordania y Siria están mejorando rápidamente y la posición oficial de Ammán sobre la crisis en Siria ha cambiado recientemente, dadas las victorias que el Ejército sirio acaba de registrar en los campos de batalla contra los terroristas”.
Ésta es la conclusión del director y columnista del diario Rai al Youm, Abdel Bari al Atwan, que publicó un artículo sobre las relaciones entre Damasco y Ammán.
“La toma oficial del punto fronterizo de Nasib por el Ejército sirio, gracias a un acuerdo cuya conclusión se debe en gran parte a Rusia, no sólo significa una apertura en las relaciones entre Damasco y Ammán, sino que promete, además, la reactivación de una importante fuente de ingresos, beneficiando tanto a Siria como a Jordania, Turquía y el Líbano, ya que este cruce fronterizo es una arteria vital para la transferencia de bienes de dichos países a la región del Golfo Pérsico y sus mercados rentables.
Asfixiada por una crisis económica, engañada por las promesas vacías de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico, Jordania tiene una gran necesidad de la reapertura del puesto fronterizo por el Nasib por el que podrían pasar más de 6.000 cargamentos diarios, especialmente dado que la reapertura este paso de frontera será capaz de fortalecer y consolidar los lazos comerciales entre Siria, Jordania y el Líbano. Esto le permitirá a Jordania ganar millones de dólares en concepto de impuestos.
Entrevistado por la agencia de noticias rusa Sputnik, el encargado de negocios de la Embajada de Siria en Jordania, Aiman Alush, dijo que las relaciones entre Siria y Jordania estaban creciendo con rapidez. También confirmó haber visto un gran cambio de la posición de las autoridades jordanas en favor de Damasco, debido, sobre todo, debido a los recientes logros del Ejército sirio en la lucha contra los terroristas.
Para dar un impulso a esta mejora, Jordania debe poner fin a las actividades de la célula de operaciones Al Muk, cuya misión es coordinar las operaciones de los grupos armados anti-sirios en el Sur de Siria y promover la intervención militar extranjera en ese país, y romper sus relaciones con tales organizaciones.
Los funcionarios jordanos han estado bajo fuerte presión de EEUU y sus aliados árabes en el Golfo Pérsico. Las presiones buscaban implicar al reino hashemí en los planes de partición de Siria, pero no todos los proyectos contra Siria fueron apoyados por Amman, que vio un gran peligro en ellos no sólo para Siria, sino también para la propia Jordania.
Por otra parte, los jordanos sabían bien que la ira de los sirios estaría acompañada de consecuencias nocivas para su país. Es por eso que autorizaron la visita de delegaciones populares a Damasco para reunirse con responsables sirios, incluso el propio presidente Bashar Assad, durante la crisis en las relaciones. Los líderes jordanos decidieron no cerrar Embajada siria en Amman, aunque pidieron al embajador que abandonara el país.
El gobierno jordano ha llegado a la conclusión de que los planes antisirios, basados en la ayuda financiera de las petromonarquías del Golfo Pérsico, eran simplemente sueños irrealizables y que había llegado el momento de contar sólo con sus capacidades y las de sus ciudadanos.
El gobierno jordano finalmente parece haber comprendido que debe dejar de seguir los dictados de los países árabes del Golfo Pérsico, que están en total contradicción con sus intereses y los de su nación.
También sabe que tendrá que optar en el futuro por políticas más abiertas hacia sus vecinos, en particular Iraq y Siria, que siempre han apoyado a Jordania.
Source: Rai al Youm