Según la prensa turca, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitará Irán la próxima semana. Esta información no ha sido aún oficialmente confirmada pero ha dado lugar a una multitud de comentarios en los periódicos turcos.
El periódico Zaman habla de que se producirá un cambio turco hacia Siria, que se concretará en el transcurso de la próxima visita del presidente turco a Irán.
“Los próximos días serán testigos de un cambio de rumbo en el dossier sirio, un cambio de rumbo que ya ha tenido lugar frente a Israel y frente a Rusia. Turquía negocia en este momento con altos responsables rusos e iraníes para hallar una solución duradera a la crisis siria”, afirma el periódico.
El viceprimer ministro ruso, Mijail Bogdanov, no ha descartado en el transcurso de una entrevista con Interfax la posibilidad de una “solución a tres” durante los contactos que se desarrollan entre Rusia, Irán y Turquía.
“Ankara y Teherán ponen el acento en la necesidad de mantener la integridad del territorio sirio, la de luchar contra los grupos terroristas y la continuación de las negociaciones para resolver las diferencias existentes”.
El periódico Al Arab habla también de que el viaje de Erdogan a Teherán creará una coalición a tres en la región y esto contribuirá aún más al fracaso de los regímenes árabes reaccionarios en la región, cuya política hacia Siria ha fallado estrepitosamente.
Por su parte, el primer ministro turco, Binali Yildirim, ha propuesto una vía a tres para lograr el final del conflicto sirio y dijo que había llegado también el momento de que Turquía normalice sus relaciones con Siria. Él añadió que cualquier solución a la crisis siria pasa por el mantenimiento de la unidad del país.
“Turquía rechaza la partición de Siria y se opone a la idea de crear un estado kurdo entre Turquía y el resto de países de Oriente Medio”, dijo Yildirim en declaraciones en el Parlamento turco.
En realidad, estos desarrollos corresponden a un giro en la política turca que ya se había producido antes del golpe de estado. Ankara ha visto además como el rechazo al golpe del 15 de Julio fue más claro por parte de Rusia e Irán que de los países occidentales, y en especial de EEUU. Hay que señalar también que el golpe de estado ha agotado política y psicológicamente al gobierno de Erdogan, que busca ahora reducir las tensiones con sus vecinos y rectificar políticas que han supuesto un claro fracaso para Turquía.
De todos modos, según los analistas turcos, los cambios en la política turca no serán rápidos sino graduales y llevarán su tiempo. De momento, la frontera turca sigue aún abierta al paso de los miembros de los grupos terroristas que actúan en el norte de Siria.
Lo más apremiante para Turquía es convencer a Irán y a Rusia para que ayuden a frenar la expansión kurda en el norte de Siria, donde las milicias kurdas acaban de tomar la ciudad de Manbij de manos del EI con la ayuda de la coalición dirigida por EEUU. Esta expansión podría llevarles a capturar otras ciudades fronterizas como Yarabulus y Mare, lo cual crearía una zona colchón kurda en el norte de Siria o facilitaría un proceso de autonomía para las regiones kurdas, algo que Ankara rechaza totalmente.
Source: Periódicos