Saad Hariri ha anunciado su misión en las condiciones más humillantes que puedan darse: en Riad y en una cadena de televisión saudí. Su carrera política llegó así tristemente a su fin, según los analistas.
Los comentarios llegan de todos lados apenas unas horas después de la rápida renuncia del primer ministro libanés, Saad Hariri. Mientras que el Líbano “político” se escandaliza por el hecho de que el hombre eligiera Riad y no Beirut para anunciar su decisión, el analista libanés Amin Hoteith evoca una intensa presión sobre Hariri en las últimas semanas. “Acosado” por las autoridades saudíes, Hariri fue objeto de una “campaña violenta de medios” en Arabia Saudita que lo acusó de “complicidad con la Resistencia”.
Según Hoteith, entrevistado por Al Alam, Hariri “habría sido amenazado de muerte por los saudíes”, quienes no dudaron durante su reunión cara a cara en “insultarlo” y “humillarlo”. Hijo de Rafiq Hariri, a Saad incluso se le “negó el derecho de irse a su casa (en el Líbano) para presentar, tal como lo exige la Constitución libanesa, su renuncia”.
En su anuncio, Hariri dijo claramente que estaba “en una situación idéntica a la que precedió a la muerte de su padre”.
Según este analista, los saudíes decidieron aplastar bajo sus pies “un peón” que no les sirvió a sus intereses adecuadamente. Para permitirle permanecer en Arabia Saudí, Riad incluso le habría pedido a Hariri que “atacara violentamente a Irán y Hezbolá” en su discurso anunciando su renuncia.
Source: Press TV