En respuesta a la sorpresiva renuncia del primer ministro Saad Hariri expresada el sábado desde Riad, Arabia Saudí, el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasralá, dijo que “esta renuncia fue forzada y que Saad Hariri no fue el autor de su decisión”, preguntándose si él estará bajo arresto y si le estarán impidiendo que regrese al Líbano. Estas preguntas se justifican a raíz de las purgas anunciadas recientemente y que han afectado a grandes príncipes y responsables en el reino wahabí.
Los principales puntos de su discurso:
Por ahora nos referiremos solo a las conclusiones y a los hechos que todo el mundo conoce, sobre todo los ministros y el Consejo de Ministros, encargado de la preparación de las próximas elecciones. Éstas son informaciones que hay que tener en cuenta:
Sabéis que hace unos días un responsable saudí realizó unas declaraciones hostiles, acompañadas de insultos y de amenazas como la de “purificar al gobierno de (los componentes de) Hezbolá”. Tras estas declaraciones, el primer ministro (Saad Hariri) fue convocado a Arabia y todos aguardaban los resultados de esta primera visita. Todo el mundo esperaba que Hariri dimitiera bajo presión. Sin embargo, él regresó y afirmó a sus asesores, sus ministros, sus diputados, sus aliados a incluso en las reuniones con diversas fuerzas políticas que Arabia Saudí apoyaba la estabilidad y la paz civil en el Líbano, que respaldaba al actual gobierno libanés e incluso que había prometido ayudas materiales al Líbano, incluyendo la celebración de una conferencia internacional de apoyo al Líbano París 5. El hombre parecía radiante y optimista y se preparaba para una reunión el lunes con los ministros para preparar las elecciones parlamentarias.
Pocos días después, fue convocado de nuevo a Arabia Saudí, donde anunció repentinamente su dimisión y lo hizo a través de una televisión por satélite saudí, Al Arabiya, y no del canal por satélite de su partido Al Mustaqbal.
Nadie sabe exactamente lo que pasó en Arabia Saudí. Sin embargo, lo que es seguro es que esa dimisión, en su forma y su contenido, no deja lugar a dudas sobre el hecho de que ella fue forzada y que el primer ministro no quería dimitir.
En la forma, porque no le permitieron volver a su país para dimitir en él.
En el contenido porque este texto en su lógica, en su redacción y en su sintaxis no es un texto libanés, sino un texto saudí, sin contar el hecho de que todo el mundo se vio sorprendido por esta dimisión, comenzando por el jefe del Estado y pasando por los ministros, los diputados, los aliados y los rivales.
Esta dimisión ha causado malestar en el Líbano, una inquietud alimentada por rumores, algunos de los cuales comentaré más adelante, y si algunos en este país tratan de explotar políticamente este incidente, lo cual se inscribe dentro del marco de un arreglo de cuentas.
En lo que concierne a Hezbolá:
1 – Nosotros no deseamos esta dimisión, pues estimamos que las cosas evolucionaban de forma razonable. Hacemos frente a veces a dificultades políticas, pero el gobierno ha logrado superar los obstáculos. Incluso estaba dispuesto a fijar la fecha de las próximas elecciones parlamentarias. Éramos capaces de discutir cuestiones complejas y hallar soluciones. El gobierno tenía la capacidad de proseguir su labor hasta la celebración de las elecciones porque el ambiente era bueno.
2 – En lo que se refiere a la forma, la dimisión incluye cuestiones sobre el respecto hacia el Líbano. Era necesario que él hubiera realizado esta dimisión en su país presentándola al jefe del Estado. Esta forma de actuar demuestra claramente la injerencia de Arabia Saudí en los asuntos internos libaneses, mientras que ella critica las supuestas injerencias de otros en los asuntos de otros países.
3 – En lo que se refiere al contenido de la dimisión, no vamos a comentar el aspecto político, que incluye amenazas y que es bastante hostil y emana claramente de Arabia Saudí. No se trata de responder a Saad Hariri, porque la respuesta no se refiere a él, sino a Arabia Saudí. Es un comunicado saudí por su lenguaje y su lógica.
4 – Llamamos a todo el mundo a conservar la calma y a no apresurarse a expresar posturas o a tomar medidas. Lo que hay que preguntarse es la verdadera razón de esta dimisión. Comprender la razón de la misma es la clave. Por ejemplo, ¿es que la dimisión de Saad Hariri está vinculada a razones internas? Ciertamente no, porque este hombre estaba activo y se reunía con todo el mundo. Hay que situar la verdadera razón de esta dimisión en Arabia. ¿Acaso la razón esté vinculada a un conflicto interno entre el príncipe heredero y los príncipes, una razón vinculada a la línea política del príncipe heredero, o a razones financieras, nb o a que Haritri se haya encontrado en medio de un caos en el que él se arriesgaba a aparecer como favorable a tal o cual príncipe? ¿O la razón es que Arabia Saudí no está satisfecha del comportamiento de Saad Hariri en el Líbano y quiere reemplazarlo por un halcón más favorable hacia su política? ¿O está vinculada a un plan de Arabia Saudí para atacar al Líbano y Hezbolá?
Es legítimo plantear preguntas sobre la suerte de Saad Hariri, sobre todo a la luz del arresto de eminentes príncipes saudíes, como el príncipe Metib o del príncipe Walid ben Talal, que disfrutaban de altas responsabilidades en el reino. Esta dimisión es, pues, un acto saudí y hace falta saber si estuvo motivada por razones personales o busca dañar la estabilidad del Líbano en el marco de las políticas de hostilidad saudíes.
Teniendo en cuenta lo anterior llamamos:
1 – A mantener la calma y la paciencia y a esperar que la situación se clarifique y no escuchar análisis o rumores.
2 – A proteger la estabilidad y la paz civil en el Líbano, y, por lo tanto, no hay que inquietarse, al menos por nuestro lado. No vamos a tomar ninguna medida contra tales declaraciones. Vamos a actuar de manera responsable a fin de preservar la estabilidad y la seguridad del Líbano en una región que sufre de conflictos de seguridad.
A este respecto quiero clarificar que la reunión que celebré ayer con los miembros de la Brigada de la Resistencia Sarayya estaba prevista mucho antes de esta dimisión y se inscribe en el marco de la conmemoración de su creación y de asegurar su estado de preparación frente a la amenaza de la entidad sionista y no tiene nada que ver con el tema que tratamos.
3 – Llamamos a los medios de comunicación y a los círculos políticos a mantener la tranquilidad y la sabiduría, con la excepción de aquellos que crean que ésta puede ser una ocasión propicia para arreglar cuentas. Evitemos las escaladas de tensiones políticas, que no sirven de nada y que, por el contrario, perjudicarían a la población, el comercio y la economía del país.
4 – También llamamos a evitar el recurso a la calle por parte de todos los partidos o fuerzas libanesas, las manifestaciones y contramanifestaciones. Las carreteras cortadas dañan la estabilidad del país.
5 – Llamamos también a los medios de comunicación a tranquilizar a la población y evitar los malentendidos. Desde el principio, el jefe de Estado ha estado en comunicación con todo el mundo: las fuerzas políticas, los diputados, los bloques parlamentarios, los servicios de seguridad, el jefe del Parlamento etc. Ellos esperan el regreso del primer ministro el jueves.
Disponemos de un presidente, un gobierno y un Parlamento que pueden garantizar los servicios a la población. Ninguna fuerza política desea que el Líbano vuelva a un período de conflictos e inestabilidad. Todos saben que el entendimiento nacional descansa sobre la estabilidad y la seguridad. Toda persona que intente perturbarlas debe ser acusada de querer destruir el país.
6 – En lo que respecta a los rumores, solo voy a comentar tres de ellos:
El primero es el intento de asesinato contra Saad Hariri que el canal Al Arabiya difundió en primer lugar, no para lograr una primicia, dado que la Seguridad General y el Ejército han desmentido este rumor, sino para justificar quizás el no retorno de Hariri. Y si un ex ministro afirma que las personalidades del Bloque del 14 de Marzo serán objeto de un asesinato, esto es grave y es preciso que las fuerzas de seguridad lo interroguen.
El segundo es que este acto es un preludio a una guerra israelí contra el Líbano. Sin embargo, Israel tiene cálculos precisos y solo se lanzará a una guerra contra el Líbano si cree que ella será rápida y sin costos humanos, económicos o morales. Sin duda, sabe que toda guerra contra el Líbano tendrá consecuencias estratégicas para la propia existencia de la entidad sionista. Desde 2006, los israelíes no cesan de decir que si Hezbolá ataca, si Hezbolá hace esto o lo otro, nosotros responderemos. De este modo, sus amenazas son siempre en condicional.
Y, así pues, lo que pasa en el Líbano a nivel político no se inscribe en los cálculos militares de los israelíes y esta dimisión no tiene peso en los mismos. Los israelíes tienen en cuenta las evoluciones regionales y el equilibrio de fuerzas sobre el terreno.
El tercer rumor se refiere al príncipe heredero saudí y afirma que presuntamente habría organizado una reunión con los jefes de Estado Mayor de la coalición saudí para preparar un ataque contra Líbano. Este rumor no tiene fundamento. Contra Yemen entiendo que Arabia sea capaz de enviar sus fuerzas, porque es un país vecino. Pero con el Líbano, ¿de donde vendría esta fuerza? ¿Desde Siria, donde fueron derrotados? ¿Desde la Palestina ocupada? ¿Desde el mar? Sin ser un gran estratega, cualquier militar os diría que tal especulación es ilógica.
Debemos esperar y observar cómo evoluciona la situación en Arabia Saudí, especialmente ahora que se están produciendo detenciones a gran escala. Y, así pues, antes de tratar de adivinar cuáles son los planes saudíes para el Líbano, debemos ver qué sucede en la propia Arabia Saudí.
Source: Al Manar