Tras la liberación de Albu Kamal, la presencia del Daesh en Siria ha quedado confinada a un enclave que se extiende por pequeñas áreas al oeste y este del Río Éufrates, un área total de unos 60 kms de extensión.
El enclave comprende algunas aldeas como Al Ashara, Abu Hamam, Hayin, Yalala y Susa, que se encuentran en las dos orillas del Río Éufrates.
La liberación de Albu Kamal ha supuesto un duro golpe moral y material para los restos del Daesh que quedan en Siria, que carecen ahora de un centro de mando de sus combatientes y han sufrido la huida de la mayor parte de los terroristas extranjeros.
Muchos sitios web vinculados al grupo anunciaron hace días que éste había movilizado a sus mejores combatientes para la defensa de Albu Kamal. Ellos los llamaban “el ejército del califato”, pero tales fuerzas no lograron resistir ni un solo día frente a la determinación del Ejército sirio y las fuerzas de la Resistencia de tomar la ciudad.
En la actualidad, sólo unos pocos miles de militantes del Daesh han sobrevivido a los combates en la provincia de Deir Ezzor, aunque están dispuestos a plantear una resistencia dura y final contra el Ejército sirio y sus aliados.
Con la pérdida de Albu Kamal y Al Qaim, las fuerzas dispersas del Daesh han perdido definitivamente la guerra en Siria e Iraq, que han logrado así una notable victoria.
En este sentido, el sueño del califato del Daesh ha desaparecido y la erradicación del grupo es algo seguro, lleve más o menos tiempo.
La toma de Albu Kamal significa también una enorme derrota de los estados patrocinadores del Daesh -Arabia Saudí, Israel, EEUU etc- que han visto fracasados sus planes de división en Siria e Iraq.
Source: Agencias