Millones de iraníes han salido a las calles tras las oraciones del viernes en todo el país para renovar su apoyo al sistema islámico y condenar la reciente ola de disturbios violentos de un pequeño grupo de agitadores que intentó aprovechar algunas manifestaciones motivadas por reivindicaciones económicas y sociales, provocadas por la quiebra de un banco privado, causando disturbios y provocando muertes.
Los manifestantes inundaron las ciudades iraníes, incluyendo Teherán, Mashhad, Isfahan, Rasht, Yasoij, Ardabil e Urmia.
Los manifestantes llevaban banderas nacionales y retratos del Líder Supremo, Sayyed Ali Jamenei.
Los participantes también responsabilizaron a EEUU y al régimen israelí por la reciente ola de violencia en Irán.
La infiltración de alborotadores en las filas de las protestas sociales que duraron del 28 de diciembre al 4 de enero causó incidentes en algunas ciudades. Propiedades públicas fueron vandalizadas y las fuerzas de seguridad fueron atacadas.
Los manifestantes que esgrimían demandas de tipo económico abandonaron las calles siguiendo los requerimientos de las fuerzas de seguridad para que pudieran enfrentarse a los agitadores.
El comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, el general Yaafari, anunció el miércoles 3 de enero el final de la “sedición” y el retorno a la calma.
Desde el miércoles, dos células terroristas han sido desmanteladas, una en el oeste de Irán y la otra en la ciudad de Boruyerd en la provincia de Lorestan (oeste de Irán). Según las fuerzas de seguridad, las personas arrestadas afirman ser miembros del grupo terrorista de los Muyahidines del Pueblo.
El miércoles tuvo lugar otra serie de manifestaciones en varias ciudades iraníes a favor del sistema de la República Islámica y en rechazo a los incidentes violentos y a las injerencias externas.
Source: Press TV