Turquía parece haber recuperado su agresividad contra el gobierno sirio en un contexto de enfrentamientos con numerosos países y fuerzas de la región.
El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavuşoğlu, ha pedido a Rusia e Irán que frenen la actual ofensiva del Ejército sirio en Idleb, afirmando que ella está debilitando a las “fuerzas opositoras”.
Siria y Turquía no tienen relaciones ni contactos diplomáticos, pese a los intentos de Rusia e Irán de aliviar las tensiones entre ambos países.
El pasado mes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, llamó al presidente sirio, Bashar al Assad, “terrorista” y señaló que era imposible para Ankara tratar con su gobierno.
Turquía también convocó a los embajadores de Rusia y Turquía al Ministerio de Exteriores con el fin de protestar por la ofensiva siria en Idleb, al que calificó de violación de los acuerdos de distensión.
Cabe señalar, sin embargo, que Siria busca con esta ofensiva liberar a la población de Idleb de las garras del Frente al Nusra y otros grupos terroristas a los que el gobierno turco ha estado apoyando durante años.
En respuesta a la protesta turca, el Ejército sirio ha continuado liberando su territorio en su camino hacia la base aérea de Abu Dhuhur, capturando decenas de localidades. Siria ha señalado que cualquier parte de Siria donde exista una presencia de Al Nusra o grupos similares será limpiada de ellos.
Algunos expertos se preguntaron por qué Erdogan, que no había atacado al presidente sirio en más de un año e incluso no había excluido abrir algún cauce de comunicación con Damasco, ha variado de nuevo su actitud.
Una de las causas es la insistencia rusa en incluir a las milicias kurdas sirias del YPG, a las que Turquía ve como terroristas, en la Conferencia de Diálogo Nacional de Sochi que tendrá lugar este mes de enero. Erdogan se opuso fuertemente a tal presencia.
Otra explicación es la ofensiva del Ejército en Idleb y su posible toma por el Ejército sirio, lo cual disminuiría radicalmente la presencia e influencia de Turquía en el norte de Siria. Esto entrañaría también el éxodo de miles de terroristas a Turquía para quedarse.
La toma de Idleb significaría además la derrota final del Frente al Nusra, una organización apoyada por Ankara.
Siria y Rusia, por su parte, son serios en cuanto a lograr una participación kurda en Sochi y acabar con el Frente al Nusra, Ahrar al Shaam y otros grupos apoyados por la Turquía de Erdogan.
El problema para Erdogan, que mantiene ahora unas relaciones muy deterioradas con EEUU, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos etc, es que no tiene una alternativa. De este modo, su margen es estrecho y no tendrá más remedio que resignarse a ver la derrota y aniquilación de sus aliados en Idleb.
Source: Diversas