El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, no fue recibido en el Aeropuerto de Beirut durante su corta visita al Líbano por el jefe de Estado, ni por un ministro ni por un director general. Tillerson esperó en vano en su avión a su homólogo libanés Gebran Bassil, pero finalmente fue el director interino de Protocolo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, el embajador libanés en EEUU, Assaf Doumit, y la embajadora de EEUU en Líbano, Elizabeth Richard, quienes lo saludaron cuando bajó de su avión.
De manera similar, a su llegada al Palacio Presidencial en Baabda, el secretario de Estado de EEUU estaba solo en el salón del embajador con miembros de la delegación libanesa que iban a participar en las discusiones entre las dos partes.
La silla presidencial estaba vacía y tuvo que esperar unos minutos antes de que Bassil entrara en la sala de estar principal. El ministro libanés justificó el atasco citando las medidas de seguridad que acompañaron a la visita del responsable estadounidense.
Unos segundos más tarde, el jefe de Estado, Michel Aoun, entró en el salón principal, saludando a Tillerson sin hacer lo mismo con los otros miembros de la delegación estadounidense. Las discusiones entre las dos partes duraron media hora.
A la salida de Tillerson, Bassil dio la espalda a su anfitrión para bromear con los periodistas. El director de Protocolo, Nabil Chedid, se encargó de acompañar al secretario de Estado de EEUU hasta la puerta del Palacio Presidencial.
Esta fue una fría bienvenida sin precedentes reservada a un dirigente estadounidense que visita Líbano. Este último vino a convencer a los líderes libaneses de que reconocieran algunas aspiraciones israelíes sobre las aguas territoriales del Líbano.
Cabe señalar que durante el mandato del ex presidente libanés Emile Lahoud y especialmente durante la retirada israelí del Líbano en Mayo de 2000, Lahoud colgó el teléfono a la Secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright en ese momento.
Violaciones de la soberanía libanesa
Durante la entrevista, el presidente Michel Aoun pidió a EEUU que presione a Israel “para que abandone sus amenazas y violaciones de la soberanía libanesa”.
La visita de Tillerson se produjo en un contexto de intensas tensiones entre el Líbano y la entidad de ocupación israelí, que ha construido un muro de hormigón de 7 metros a lo largo de la Línea Azul de separación demarcada por la ONU.
Aoun enfatizó la necesidad de que EEUU y la comunidad internacional desempeñen un papel para resolver la disputa y frenar las “incursiones de Israel a lo largo de la frontera terrestre y marítima”.
Según un comunicado emitido por la Oficina del Presidente, “EEUU y la comunidad internacional deben desempeñar un papel activo en la preservación de la paz a lo largo de la frontera”, y Aoun indicó que Líbano ha mostrado moderación mientras “Israel continúa con su comportamiento agresivo”.
No a la cesión de aguas a Israel
Tillerson se reunió también con el titular del Parlamento, Nabih Berri, y el primer ministro, Saad Hariri, sin conseguir que esas tres figuras aceptaran una propuesta para favorecer a Israel, el principal aliado norteamericano en Oriente Medio.
El jefe de la diplomacia norteamericana intentó que el gobierno libanés cediera al régimen de Tel Aviv el 40 por ciento de 860 kilómetros cuadrados en alta mar en disputa, pero hubo rechazo en todos los casos.
La única carta ganada por el visitante se refiere al compromiso asegurado por Hariri de que el Líbano mantendrá una política de desmarque con respecto a los conflictos regionales.
Ese comentario del primer ministro figuró en la conferencia de prensa conjunta con Tillerson en el Gran Serrallo o Palacio de Gobierno.
Source: Agencias