Una semana después de la tregua naciera muerta en Yemen, muchos observadores han puesto en duda la veracidad de las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, realizadas a finales de agosto, en las que habló de la necesidad de poner fin a la guerra en Yemen. La coalición estadounidense-saudí lleva desde marzo de 2015 asestando golpes mortales y destructivos contra dicho país y su población.
Según fuentes bien informadas, citadas por el diario libanés Al Akhbar, las declaraciones de Kerry reflejan el temor estadounidense a que Rusia juegue un probable papel en la solución a la guerra en Yemen. Washington quiere sobre todo tratar de evitar sufrir otra derrota política en el Oriente Medio.
Cabe señalar que las declaraciones de Kerry se produjeron después de que Rusia adoptara una posición sin precedentes en el Consejo de Seguridad en relación a la crisis yemení.
Moscú rechazó un proyecto occidental que quería condenar a los representantes de la delegación de Sanaa (Ejército + Ansarulá) bajo el pretexto de que dificultaban una solución política. La aprobación de un proyecto de este tipo habría abierto el camino para una intervención militar occidental bajo la supervisión del Consejo de Seguridad de la ONU.
El gobierno de EEUU cree que la solución del tema de Yemen incumbe exclusivamente a Riad, Washington y Londres.
En realidad, las declaraciones estadounidenses sobre una solución global o una tregua en Yemen buscan, sobre todo, mejorar la imagen de la coalición saudí-estadounidense, tras sus crímenes cometidos contra los yemeníes ante los ojos del mundo, y bloquear los esfuerzos internacionales que vayan en contra del plan de la coalición norteamericano-saudí.
Recordemos que cuando Washington y Londres pidieron un alto el fuego en Yemen, después de la matanza de civiles que asistían a un funeral en Sanaa (8 de octubre), los países de la coalición se negaron a levantar el embargo sobre el Aeropuerto de Sanaa, que fue abierto solamente una vez para intercambiar a dos estadounidenses detenidos en la capital yemení a cambio del retorno de los representantes de la delegación de Sanaa (Ejército + Ansarullah +) retenidos durante varios meses en Omán. El regreso de la delegación de Sanaa fue permitido tras intensos contactos con la parte rusa.
El gobierno de EEUU está actuando para evitar, de este modo, cualquier acercamiento entre Moscú y Sanaa. Sin embargo, los indicios de una intervención rusa en el conflicto se refuerzan cada vez más.
El viernes pasado, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, dijo que Washington y la coalición no eran serios en sus esfuerzos para poner fin al sufrimiento de los yemeníes y activar el proceso de reconciliación nacional.
Source: Periódicos