El príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman ha estado de visita oficial en EEUU desde el 19 de marzo.
Esta visita ha estado consagrada a la firma de contratos por un montante de 380.000 millones de dólares, incluyendo 110.000 destinados a la compra de armas norteamericanas. Estos contratos de venta de armas fueron firmados durante la visita de Donald Trump a Arabia Saudí en mayo de 2017.
El príncipe heredero firmó también durante su visita al Reino Unido el 7 de marzo un contrato para la compra de 48 aviones Eurofighter Typhoon con el grupo de defensa británico BAE System.
Según el sitio Zonebourse, que cita informaciones de las agencias AWP y AFP, “desde 2014, Arabia Saudí sufre un déficit presupuestario de 260.000 millones de dólares y prevé uno de 52.000 millones para este año (2018)”.
La cuestión que se plantea es: dado este enorme déficit, ¿de qué forma piensa Mohammed bin Salman respetar todos estos contratos con sus protectores, EEUU y el Reino Unido, y financiar al mismo tiempo su proyecto Visión 2030?
La tarea para las autoridades saudíes de poner fin al déficit presupuestario del Estado, con un precio del petróleo tan bajo, no será fácil. En efecto, el gobierno saudí anunció durante la presentación del 19 de diciembre de 2017 de su presupuesto para 2018 que Riad preveía ingresos de 783.000 millones de riales y gastos de 978.000 millones, los más elevados de la historia del reino, según los comunicados oficiales leídos en la televisión saudí.
Para hacer frente a esta situación, el gobierno saudí ha adoptado medidas fiscales, como la reducción de las subvenciones a los carburantes y la energía. También se prevé introducir el impuesto del IVA este año”, señaló AFP.
En junio, entrarán en vigor otros impuestos sobre los cigarrillos y las bebidas gaseosas”, señala la misma fuente.
El príncipe heredero ha buscado expropiar 100.000 millones de dólares a otros príncipes de la familia real y altos responsables, que estuvieron detenidos en un hotel de Riad desde noviembre de 2017.
La última medida es la salida a bolsa del 5% de la compañía petrolífera estatal Aramco.
Sin embargo, tras el ataque contra instalaciones de esta compañía por los misiles yemeníes esta medida parece haber quedado comprometida.
En efecto, el 22 de marzo, las fuerzas yemeníes atacaron con un misil balístico Bader-1 las instalaciones de Aramco situadas en la provincia meridional de Nayran. De este modo, los inversores que podrían estar interesados en las acciones de la compañía se lo pesarán dos veces antes de invertir en una empresa que corre el riesgo de ser bombardeada.
En todo caso, los contratos de armamento firmados por Bin Salman beneficiarán a las compañías armamentísticas norteamericanas y británicas, pero perjudicarán gravemente al pueblo saudí, que sufre males como el paro y la pobreza, y que ve como sus preciados recursos petrolíferos son dilapidados por la familia Al Saúd en aras de fortalecer su poder.
Source: Diversas