El primer ministro libanés, Saad Hariri, busca permanecer en el juego de la coalición saudo-norteamericana. Pero él se arriesgaa ser expulsado del escenario político por su propio pueblo.
El periódico Rai al Youm publicó un artículo de su director, Abdel Bari Atwan, sobre la reanudación de las relaciones entre el Líbano y Siria.
“Saad Hariri debe tomar en serio el llamamiento de Hassan Nasralá. ¿Quién dijo que Damasco suplicaría a Hariri para dialogar con él?”, señaló. La feroz oposición del primer ministro libanés, encargado de formar un nuevo gobierno, a la reanudación las relaciones con Siria es contraria a los acontecimientos regionales y mundiales y solo servirá para agravar la crisis política y económica en el Líbano.
El periódico explica que Sayyed Hasan Nasralá, el secretario general de Hezbolá libanés, es leal, razonable y visionario: en lugar de pelear, ha dado una firme respuesta a Saad Hariri, que ha cerrado todas las puertas a la reanudación de las relaciones sirio-libanesas.
El martes, frente a una audiencia de periodistas en su casa, Hariri se mostró reacio a restablecer las relaciones con el gobierno de Damasco. En una declaración ministerial, dijo que “si fuera necesario, no habrá un nuevo gobierno”.
“Si Hariri hubiera adoptado tal posición hace cinco años”, dijo Atwan, “lo hubiéramos entendido, porque Damasco estaba en dificultades; la mayor parte de Siria estaba ocupada por terroristas y una coalición de más de 60 países, bajo los auspicios de EEUU, buscaba derrocar al presidente Assad.
Pero la situación en Siria ha cambiado. El gobierno de Damasco ha recuperado elcontrol del 85% de su territorio. La posición de Hariri es, por lo tanto, individualista e irracional.
El eje en el que él confía es el perdedor. Sus miembros se alejan uno después de otro del mismo. A la cabeza de este eje está Arabia Saudí, que ha gastado miles de millones de dólares en la guerra en Siria.
Saad Hariri ha olvidado algunas realidades. Lo más importante de todo es que tres cuartas partes de la coalición libanesa tripartita de Hezbollah, el Movimiento Amal y el Movimiento Patriótico Libre apoyan la reanudación de las relaciones con Siria, un país con el que el Líbano tiene afinidades históricas y geográficas.
Otra realidad es que un millón de sirios viven en el Líbano, casi un cuarto de su población.
El tercer punto es que las relaciones del Líbano con una Siria fuerte y fortalecida van más allá de sus necesidades políticas y económicas”, concluye Atwan.
Source: Press TV