Las sanciones estadounidenses contra Irán ya son una realidad desde el 7 de agosto. Washington ha vuelto a intentar aislar a Teherán con toda una serie de medidas y ha avisado a las empresas españolas —y europeas— de los riesgos de trabajar con los persas. Surge una pregunta: ¿van a seguir las empresas españolas los dictados de EEUU?
Esproenko International es una empresa española que ofrece servicios en el sector del petróleo y del gas. Tuberías de revestimiento para la extracción de hidrocarburos, equipos para la industria petroquímica, herramientas para explorar y mejorar la producción de yacimientos… El equipamiento necesario para que países como Irán, rico en petróleo, tenga no solo el potencial, sino los medios —la maquinaria— para explotarlo.
La compañía lleva presente en el país persa desde 2013, cuando las sanciones —no solo las de EEUU, sino también las de la Unión Europea— contra Irán eran ya una realidad. Esas sanciones resultaron ser la mejor excusa para invertir en el país.
“Nosotros entramos en Irán en 2013, cuando había sanciones por todos lados, por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos. Por eso cuando llegó la empresa no tuvimos prácticamente competencia en territorio iraní (…) Esa fue la razón por la que entramos en el mercado persa”, revela a Sputnik Carlos Toledo, responsable de Comunicación de Esproenko.
La incertidumbre que provocaron las medidas punitivas contra Irán a partir de 2011 ahuyentó a la inmensa mayoría de empresas, que temían ya entonces represalias si mantenían negocios con Teherán. Solo quedaron o las más valientes o las que no tenían razones para preocuparse. Lo único a lo que tuvo que dedicar tiempo Esproenko al llegar a Teherán fue “a homologar y certificar las tecnologías” que iban a utilizar en su territorio. El proceso duró unos dos años; el tiempo que tardaron las sanciones en levantarse. Una mala noticia para la empresa, asegura Toledo. “Justo cuando finalizamos todo el proceso de certificación y de homologación, hubo una apertura [en el país] y pasamos a tener una gran competencia en este tipo de tecnología”, explica.
Ahora que Washington está asfixiando la economía iraní y avisando a las empresas europeas y estadounidenses de que se atengan a las consecuencias de comerciar con el país, Esproenko está viendo un nuevo filón.
“Ahora mismo estamos pensando en retomar la actividad a un nivel más alto. Nosotros velamos por la actividad de nuestra empresa y de momento la UE no ha dictado ningunas sanciones contra Irán. Lo que diga EEUU es problema de EEUU, no nuestro”, asegura Toledo a Sputnik.
Advierte, eso sí, de que las dimensiones de la empresa les permiten moverse más fácilmente y que las compañías más grandes pueden tener los pies de barro ahora que las sanciones golpean de nuevo. No temen represalias de los grupos de presión de EEUU, quienes a raíz de los pasos del Gobierno estarían contactando con empresas vascas para que se lo piensen dos veces antes de seguir en Irán.
“Nosotros no hemos recibido amenazas y si las recibiésemos los mandaríamos al carajo. A nosotros nadie nos dicta lo que podemos o no podemos hacer (…) y hacemos lo que nos da la gana. Así de sencillo”, sentencia Toledo. Está por ver cuántas empresas españolas seguirán su ejemplo.
Source: Sputnik