Las relaciones entre el primer ministro Saad Hariri y Hezbolá nunca han sido tan buenas, señala el periódico libanés Al Akhbar, citando fuentes informadas.
“Los contactos entre Hariri y Hussein al Jalil, el asesor político del secretario general de Hezbolá no conocen el respiro. Todos los temas, desde los más pequeños a los más grandes son tratados en estos encuentros”, escribe una redactora del periódico, Maysam Rizk.
Ella señala que este buen ambiente se refleja en la posición conciliadora que expresó Saad Hariri en la sesión de clausura del Tribunal Internacional en La Haya para investigar el asesinato de su padre, el ex Primer Ministro Rafiq Hariri en 2005. El equipo del fiscal de este tribunal sigue acusando a algunos miembros de Hezbolá, que acusa, por su parte, a este tribunal de estar politizado e intoxicado por falsas evidencias presentadas por los enemigos del movimiento libanés, y de carecer de cualquier legitimidad.
Hariri ha rechazado las presiones de Arabia Saudí y otros países para que se posicione contra Hezbolá. Él sabe que no puede llevar a cabo con éxito su tarea de formación y dirección del gobierno del país sin una relación estable y positiva con Hezbolá. “La participación de Hezbolá en el gobierno libanés otorga una estabilidad política al Líbano”, señaló Hariri en una declaración citada por el periódico libanés.
En otra entrevista con el periódico The Wall Street Journal, Hariri rechazó implicarse en una confrontación con Hezbolá.
La relación es tal que algunos miembros de su Corriente han llegado a decir en los últimos días que “Hariri y Hezbolá son los que más están de acuerdo en este momento”.
“Los contactos entre él y el asesor político de Nasralá, Hussein al Jalil, son continuos”, señaló una fuente bien informada del 8 de marzo. Ella especifica, sin embargo, que los contactos se hacen exclusivamente entre estos dos protagonistas y no han llegado al punto de abrir los canales oficiales entre los dos partidos.
Esta apertura hacia el Hezbolá no puede explicarse más que por un alejamiento del número uno de la Corriente del Futuro con respecto a Arabia Saudí, donde él pasó varios días secuestrado hace varios meses.
“Aunque Arabia Saudí sigue teniendo una necesidad estratégica de él, el fracaso que Hariri sufrió en sus pasadas batallas políticas contra Hezbolá le disuadirán de repetirlas, razón por la cual sigue una política de conciliación que se ha revelado como mucho más útil y provechosa para él”, añade esta fuente en su declaración a Al Akhbar.
Además, su continuación como primer ministro requiere, entre otras cosas, de la luz verde de Hezbolá y él probablemente deberá tomar en consideración también los cambios favorables al eje de resistencia en la región. A cambio, Hezbolá no tiene intención de retirar la confianza que le ha otorgado para formar el gabinete.
Source: Al Akhbar