El director del periódico Ray al Youm, Abdel Bari al Atwan, cree que el próximo discurso de Benyamin Netanyahu ante la Asamblea General de la ONU no será tan arrogante y desafiante como otros años tras el golpe recibido con la condena de Rusia por el derribo del avión de transporte ruso Il-20 y, en especial, por la entrega del S-300 y otros sistemas antiaéreos de corto alcance de Rusia.
Con todo el descaro y el cinismo posible, Netanyahu pretendió visitar Moscú con su ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, para “explicar” el incidente de la aeronave rusa, pero encontró las puertas cerradas en su cara. No sólo los rusos, sino todo el mundo parece estar harto ya de la arrogancia del primer ministro israelí, que esta cosechando un fracaso tras otro, incluyendo las derrotas de sus peones en Siria, su incapacidad para impedir el reforzamiento balístico de Hezbolá y su enfrentamiento actual con Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se negó a recibir a Netanyahu y a Lieberman y el jefe de la Fuerza Aérea rusa criticó duramente a su homólogo israelí, el general Amikan Norkin, durante una visita de este último a la capital rusa y se negó incluso a escuchar los argumentos “fabricados” que el israelí llevó consigo para intentar diluir la culpa de sus aparatos y pilotos. Norkin abandonó la reunión irritado y sin una despedida o un apretón de manos.
No es sorprendente que el presidente Putin utilizara el crimen del derribo del avión para reconsiderar de forma radical las relaciones ruso-israelíes después de haber sido apuñalado por la espalda por individuos de los que él creyó ingenuamente que respetaban sus compromisos. Existen informes de medios occidentales que apuntan a la implicación israelo-estadounidense en el apoyo a los grupos armados que han estado detrás de los ataques con drones a la base rusa de Hamaimim en las últimas semanas.
El viceministro de Exteriores sirio, Faisal Mekdad, lleva mucha razón cuando señala que la entrega del S-300 a su país obligará a Israel a pensarlo dos veces antes de contemplar un ataque contra Siria en un próximo futuro.
Rusia no solo proporcionará a Siria los misiles S-300, sino que también anulará por medios electrónicos y electromagnéticos los sistemas de navegación de cualquier avión de combate hostil que se aproxime al espacio aéreo sirio. También proporcionará a Siria sistemas sofisticados de control para impedir que un aparato amigo sea atacado por los misiles antiaéreos sirios. Todo ello convierte a Siria en una zona de exclusión aérea para los aparatos israelíes y estadounidenses. Esto alterará el curso de los acontecimientos en el territorio sirio y en toda la región de Oriente Medio.
Las últimas declaraciones del gabinete de seguridad israelí mantienen la misma arrogancia de siempre, pese a los graves reveses sufridos por la entidad sionista y afirman que “Israel continuará sus ataques con el fin de impedir la presencia de Irán en Siria”.
En realidad, los ataques llevados por Israel en los pasados 18 meses no han logrado poner fin a la presencia militar de Irán en Siria. ¿Se atreverá el gobierno israelí ahora a atacar Siria con los S-300 y los otros medios a disposición del Ejército sirio, que han convertido Siria en una auténtica fortaleza, y arriesgarse a sufrir una derrota humillante? Eso se verá pronto.
Source: Ray al Youm y Al Manar