En los últimos días, las fuerzas yemeníes (el Ejército y Ansarulá) han cosechado importantes triunfos en la costa oeste del país, donde el régimen saudí y sus aliados emiratíes llevan a cabo desde hace meses una infructuosa ofensiva militar para apoderarse de la ciudad portuaria de Al Hudaidah.
En el espacio de algunos días, el agresor saudí, que sufre una profunda desestabilización interior debida al asesinato de Khashoggi y numerosos problemas políticos y económicos, va de error en error hasta el punto de haber bombardeado a sus propios mercenarios.
Esta confusión en el campo saudí ha sido aprovechada por Ansarulá, que acaba de lanzar una operación de envergadura en varios ejes contra las posiciones de la coalición saudo-amiratí en la zona del Kilómetro 16, situada al este del aeropuerto de Al Hudaidah. Las fuerzas yemeníes lograron expulsar a los mercenarios saudíes y tomar el control total de esta zona estratégica.
“Decenas de mercenarios murieron o resultaron heridos en el transcurso de esta intensa operación y eso sin contar el balance de pérdidas materiales infligidas al agresor: más de 14 vehículos y 9 blindados fueron destruidos y una gran cantidad de armas pesadas y municiones fueron aprehendidas”, señaló el portavoz de las fuerzas yemeníes, general de brigada Yahia Sari.
Guerra híbrida contra el agresor
Esta operación terrestre se ha combinado con ataques balísticos y de drones. Las fuerzas conjuntas yemeníes han tomado como objetivos de sus ataques las bases y concentraciones del enemigo. Según el general Sari, los misiles yemeníes han causado numerosos muertos y heridos entre los militares y mercenarios de la coalición y sus equipos han sido destruidos. Se trató de una compleja operación de comando.
Llevados por la cólera y el pánico, el enemigo ha lanzado sus aviones para frenar la debacle, pero los aviones atacaron sus propias posiciones provocando la muerte de decenas de los mercenarios, que han optado por abandonar el campo de batalla dejándolo en manos de Ansarulá y el Ejército yemení.
Dos días antes, el 20 de octubre, el frente de la costa oeste fue sacudido por el mayor ataque balístico de Ansarulá, que causó grandes pérdidas en las filas de la “coalición”. El ataque se llevó a cabo a cabo mediante el uso de drones y misiles balísticos contra un centro de mando de la coalición, dirigido por los EAU, en la región Duraihimi, al oeste de Yemen, lo que confirma que las fuerzas yemeníes son capaces de lanzar ahora ataques combinados y llevar a cabo una guerra híbrida. La ofensiva fue mortal para Riad y sus aliados: más de 200 milicianos, incluidos los oficiales de alto nivel de los Emiratos fueron muertos o heridos al ser alcanzados por cuatro misiles balísticos y varios ataques de drones yemeníes.
Según el corresponsal de Mourasel, los hospitales de Adén anunciaron el estado de emergencia luego de recibir los cadáveres de decenas de mercenarios. Docenas de otros milicianos muertos o heridos fueron transportados a hospitales de otras áreas controladas por la coalición saudo-estadounidense.
Source: Press TV