Solo un pequeño obstáculo entorpece el martes la formación del Gobierno libanés, tras la decisión del partido Fuerzas Libanesas (FL) de aceptar una propuesta e integrar el gabinete, según acontecimientos de las últimas horas.
Se trata de la exigencia de los diputados musulmanes sunníes desafiliados del partido Corriente Futuro, del primer ministro designado, Saad Hariri.
Ese grupo reclama al menos una cartera en el equipo ministerial contra los deseos de Hariri de monopolizar para sus correligionarios toda la representación sunní en el Gobierno.
Empero, se considera una discordia menor comparada con la puja que Fuerzas Libanesas y la Corriente Patriótica Libre (CPL) como resultado de la cual ha dilatado más de seis meses el proceso.
Esas dos agrupaciones políticas mantuvieron una discrepancia visceral por obtener mayor presencia cristiana en la cuota correspondiente del equipo ministerial.
FL consideraba que al casi doblar su presencia en el Parlamento (pasó de ocho diputados a 15 en la actual legislatura) le pertenecían cuatro portafolios, una demanda siempre rechazada por CPL.
Sin embargo, se llegó a un acuerdo con la oferta del cargo de viceprimer ministro y las carteras de Asuntos Sociales, Cultura y Trabajo y ninguna de las estimadas soberanas (Defensa, Interior, Relaciones Exteriores o Finanzas) que exigió a última hora.
Fue tal la intransigente posición de ese partido que su jefe, Samir Geagea, anunció que declinaría su participación en el Gobierno, si no aceptaban su demanda.
En cuanto a la solicitud de los sunníes, Hariri ratificó su rechazo, aunque Hezbolá insiste en que sea aceptada.
‘Algo debería suceder hoy’, vaticinó el titular del parlamento, Nabih Berri, al referirse al optimismo que vuelve a estar presente para la instalación del Gobierno en las próximas horas.
El paso decisivo corre a cargo de Hariri y el presidente de la República, Michel Aoun, quien por Constitución es el penúltimo eslabón en la materialización del Gabinete y luego requiere de aprobación del Parlamento.
Source: PL