Las sanciones norteamericanas constituyen el último intento de EEUU de restaurar el orden unipolar mundial. Sin embargo, con la ayuda de China y Rusia, e incluso de Europa, Irán sabrá hacer fracasar las sanciones y destruir el sueño estadounidense de hegemonía mundial.
En un artículo aparecido en el sitio web del diario libanés Al Binaa, el especialista libanés en cuestiones estratégicas Wafiq Ibrahim afirma que los esfuerzos de los responsables de la Casa Blanca para impedir el hundimiento del orden unipolar mundial están condenados al fracaso.
“Las guerras estadounidenses contra Irán y el Oriente Medio árabe, que tienen lugar en extensiones geográficas discontinuas, persiguen el mismo objetivo y son parte del mismo proyecto. Con el declive del papel estadounidense en la rica región de Oriente Medio, EEUU se ha embarcado en increíbles esfuerzos para detener este proceso de decadencia. Para presionar a Irán y debilitar el papel tradicional de Siria en la región, los estadounidenses han estado dispuestos a movilizar todo su poder político, cultural y militar, por no hablar de su hábito de crear coaliciones de guerra”.
Sin embargo, EEUU ha sufrido derrotas decisivas en sus planes en contra de los pueblos de la región. El primer revés ha sido en Siria, donde su apuesta por los terroristas ha fracasado y el Estado sirio ha logrado ganar la guerra, incluso aunque una parte pequeña de su territorio esté aún en poder de grupos terroristas o bajo la ocupación ilegal de los ejércitos estadounidense o turco.
Siria, para recuperar su papel regional y acabar con los complots separatistas, necesita mantener sus vínculos estratégicos con Irán e Iraq y los movimientos de resistencia, pero también con Rusia y China. Los encuentros entre responsables iraquíes y sirios generan una gran inquietud entre los responsables norteamericanos, hostiles a cualquier iniciativa de unidad entre países árabes y musulmanes.
Hay que tener en cuenta aquí el gran proyecto de China y Rusia para unir por vía terrestre el continente de Eurasia, un proyecto que incluirá necesariamente a Irán, Iraq y Siria. India, con su desarrollo del puerto de Chabahar y su apuesta por el corredor Norte-Sur (que unirá al gran país asiático con Rusia y Europa a través de Irán) se ha sumado también a este gran proyecto. No hace falta decir que el gran perdedor con la unión de los países de Eurasia es el hegemonismo estadounidense.
EEUU ha intentado sabotear estos proyectos e impedir que una red del transporte que una a China, Rusia e Irán con el Mediterráneo llegue a materializarse. Esto le ha llevado a poner en marcha algunos planes, el principal de los cuales fue el tratar de imponer a un gobierno títere en Bagdad, pero este plan fue frustrado por Irán y las fuerzas patrióticas iraquíes, un hecho que constituye el segundo gran fracaso de EEUU en Oriente Medio. El despliegue de las fuerzas de resistencia iraquíes, como el Movimiento Al Nuyaba y otros componentes del Hashid al Shaabi (las Fuerzas de Movilización Popular) en la frontera sirio-iraquí y su unión con las fuerzas del Ejército sirio allí han supuesto también una derrota de los planes estadounidenses para el control de dicha frontera.
El tercer fracaso de EEUU es la reacción mundial ante la imposición de sanciones unilaterales contra Irán. Todo el mundo ha dado la espalda a la administración Trump en este tema.
No hay mejor ejemplo para probar este argumento que la actitud de la Unión Europea, que ha decidido crear un nuevo instrumento financiero, el llamado Vehículo de Propósito Especial, para mantener su comercio con Irán. Este tema de las sanciones norteamericanas amenaza con convertirse en un boomerang de alto nivel para la administración estadounidense.
En lo que se refiere a Europa, el tema de la retirada norteamericana del acuerdo nuclear con Irán y la reimplantación de las sanciones han servido para reforzar la tendencia, ya existente anteriormente, dentro de la Unión Europea que busca desembarazarse del yugo norteamericano y caminar hacia una política exterior y de defensa independiente. Las sanciones contra Irán ha dejado clara la creciente disparidad de intereses entre Europa y EEUU, que ha quedado claramente reflejada en las declaraciones de responsables de Alemania sobre lo inaceptable de las posturas estadounidenses, que dañan el comercio y las economías mundiales. Incluso el Reino Unido, el gran aliado de EEUU en el continente, ha buscado distanciarse de la postura norteamericana y ha expresado su determinación a promover su comercio con Irán. El último episodio de este choque ha estado motivado por el ataque lanzado por Donald Trump contra el relativamente dócil Emmanuel Macron por su propuesta de creación de un ejército europeo, un anatema para Washington.
El tema de Irán ha acercado más a la Unión Europea a China y Rusia. Esto puede verse en la cooperación entre europeos, rusos y chinos a propósito de las medidas puestas en práctica para proteger su comercio con Irán frente a las sanciones estadounidenses. Se trata de la primera vez que los europeos se alían con rusos y chinos contra su teórico aliado y patrón: EEUU.
En cuanto a Rusia, la presencia militar en Siria le ha devuelto su papel de superpotencia militar y le ha servido de entrada hacia otros países de Oriente Medio. Rusia refuerza cada día más su influencia en esta y otras regiones del mundo. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, puede hablar de “socios” cuando se refiere a los estadounidenses, pero en realidad ambos países luchan el uno contra el otro en diferentes frentes.
Irán ha logrado, de este modo, crear condiciones sólidas contra el unilateralismo y su papel en la región también está en alza, como puede verse en la reciente propuesta qatarí de constituir una alianza política y económica a cinco: Irán, Iraq, Siria, Turquía y Qatar.
En conclusión, los actuales planes de la administración Trump contra Oriente Medio fracasarán frente a la solidez del eje Irán-Iraq-Siria-Rusia. La victoria de Siria, incluso aunque una parte minoritaria de su territorio quede aún por liberar, la derrota de los planes de EEUU para imponer un gobierno marioneta en Iraq y crecimiento del papel de Irán, Rusia y China en Oriente Medio llevarán a la derrota del imperialismo norteamericano y su proyecto unipolar en la región y en todo el mundo.