En menos de dos años, gracias al esfuerzo de pobladores, fieles y las autoridades sirias, el convento e iglesia de Santa Tecla, en la localidad de Malula, vuelven a consagrar los ritos y costumbres de los creyentes cristianos greco-ortodoxos.
El padre a cargo de esas instituciones, Matteo Rezek, explicó que la restauración implicó no solamente a las edificaciones e íconos quemados y destruidos por los terroristas sino también el retorno de 10 monjas que fueron secuestradas.
El pequeño poblado sirio de Malula es uno de los últimos bastiones y custodios del arameo, la lengua en la que habló y predicó Cristo.
Los extremistas llegaron acá como en toda Siria, para quemar, saquear y destruir los símbolos cristianos, históricos y sociales de una población donde aún el arameo es una lengua de amplia utilización, indicó en encuentro con Prensa Latina.
Rezek expresó que la reconstrucción sobrepasa actualmente el 80 por ciento de todo el entorno de la iglesia y el convento, asentados como en reposo permanente sobre los enormes acantilados que definen la geografía de Malula, a mil 500 metros de altitud.
En ese sentido, subrayó el aporte y la colaboración del Patriarcado de la iglesia ortodoxa rusa, las autoridades sirias y el de los pobladores que retornan a la localidad tras la liberación total en el 2014, y tras la destrucción de al menos 70 viviendas y sitios históricos y el asesinato de más de medio centenar de personas.
Todo el ritual esencial de las ceremonias religiosas son en arameo, una lengua que en el Siglo VIII llegó a extenderse por los territorios que abarcan actualmente a Siria, parte de Egipto y Armenia, afirmó.
En Santa Tecla se guardan los restos de quien fuera hija de un príncipe de la antigua civilización Selyúcida, discípula del apóstol San Pablo y perseguidos hasta la muerte por el Imperio romano desde inicio del Siglo I después de Cristo.
Malula es el ‘ojo que ve a toda Siria desde el Qalamún (cordillera fronteriza con El Líbano) y ahora, de nuevo, un sitio de peregrinación para todo el mundo,’ precisó el sacerdote en el recibidor donde se encontró con los reporteros y ambientado con excelencia junto a íconos de figuras religiosas y del presidente Bashar Al Assad.
Rezek, recientemente designado para dirigir estos lugares sagrados para el cristianismo greco-ortodoxo, y quien asume también la responsabilidad del monasterio La Visión, en el poblado de Yededed Artuz, 20 kilómetros al sur de Damasco, anunció que próximamente se reabrirá el orfanato en Santa Tecla para recibir a una veintena de niños.
A estos lugares, como en toda la población de Malula, vuelven sus pobladores- unos tres mil actualmente- para borrar el accionar del terrorismo que pretendió robarse y falsificar la historia milenaria de la nación.
Source: Agencias