Las fuerzas turcas se han desplegado en la base de Bashiqa sin saber qué hacer.
La firme respuesta de los jefes militares de Iraq y Siria a las amenazas proferidas por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el tema de una posible intervención militar turca en Mosul y Alepo, ha encerrado a las tropas turcas en la base de Bashiqa. El presidente turco está, sin embargo, inquieto por el descontento del que podrían dar muestra sus militares frente a esta situación de incertidumbre donde no hay objetivos claros para su misión ni un calendario para ésta.
El periodista egipcio Mustafa al Said escribió un análisis para el diario Tishrin en el que señala:
“A pesar de todas sus amenazas sucesivas de intervención militar en Mosul y Alepo, Erdogan no ha podido desplazar sus efectivos desde la base de Bashiqa hacia Mosul, puesto que los comandantes militares iraquíes han advertido contra cualquier movimiento turco en el territorio iraquí, afirmando que ellos responderían con firmeza”.
La situación no es mejor para las fuerzas turcas en Siria. Los comandantes del Ejército sirio han advertido que actuarán con firmeza contra cualquier violación del espacio aéreo de Siria por la Fuerza Aérea de Turquía.
Según Mustafa al Said, Erdogan está preocupado por el aumento de los informes de inteligencia que hablan acerca del descontento de los comandantes del Ejército turco, que se sienten obligados a participar en una guerra cuyos objetivos son inciertos. Erdogan, que siente el riesgo de un nuevo golpe del Ejército contra él, se esfuerza en poner fin a la crisis interna del país, pero las intervenciones en el exterior podrían agravar aquella. A esto hay que añadir el creciente conflicto con los kurdos, provocado por la detención de los líderes del tercer partido del país, y su abierto conflicto con Europa.
La intervención militar turca en Siria y en Iraq podría hacer, de este modo, la situación más complicada para Erdogan empujando al presidente turco hacia el abismo del fracaso. La situación interna en Turquía es más difícil que nunca y podría explotar de un momento a otro.
“Erdogan se enfrenta a una situación difícil: no puede optar por la guerra ni por la paz. Él ha quemado las naves tras de sí”, dijo Mustafa al Said.
“Erdogan observa, con pesar, el avance de las fuerzas iraquíes en Mosul y el progreso de la milicia de Hashid al Shaabi en Tal Afar, pero no puede hacer nada para detenerlos. En primer, se le ha impedido participar en la operación de Mosul y, en segundo lugar, tiene miedo tanto de su Ejército como de sus enemigos. No puede ni hacer la guerra contra los iraquíes ni renunciar a su sueño imposible de reconstruir el Imperio Otomano”, concluye Said.
Source: Periódicos