El uso de armas iraníes para reforzar al Ejército libanés no es un asunto militar simple y el tema requiere una decisión política estratégica, escribe el sitio El-Nashra, que evoca una posible alianza del Líbano con Irán, dejando del lado al eje norteamericano.
En un artículo de Naji al Bastanai titulado “Armas iraníes para el Ejército libanés: una estrategia de defensa”, el sitio libanés se refirió a la posible sustitución del apoyo militar de los países occidentales por el de Irán.
“El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, dijo antes de la visita del ministro de Relaciones Exteriores iraní a Beirut, que su movimiento estaba listo para ayudar a proporcionar armas sofisticadas iraníes al Ejército libanés, para la defensa aérea y terrestre del país”, dice el artículo.
Según El Nashra, el ministro de Relaciones Exteriores iraní subrayó que Irán suministraría armas al Líbano solo a solicitud de Beirut. Al mismo tiempo, agregados militares de algunas embajadas en Beirut comenzaron a hacer preguntas al respecto.
“El Ejército libanés tiene importantes debilidades en su arsenal. El Líbano se está quedando atrás en su sistema de defensa antiaérea, particularmente con respecto a los misiles antiaéreos, que necesita para enfrentar la violación diaria por parte de Israel de su espacio aéreo. Y no tiene suficientes misiles anti-tanque para lidiar con un gran ataque terrestre”.
Desde un punto de vista militar, está claro que el suministro de estas armas por sí solo no resolverá el problema porque todos los cuarteles y centros militares del Ejército libanés se construyen en la superficie y la gran mayoría de ellos carecen de refugios, fortificaciones o instalaciones que les permitan protegerse de ataques aéreos. Por lo tanto, la provisión de sistemas de defensa antiaérea, que generalmente incluyen una amplia gama de dispositivos de radar y vigilancia, no supondrá una gran diferencia en las guerras futuras, a menos que, ante todo, se realicen cambios estratégicos y radicales en todo el sistema militar libanés y, en primer lugar, pasar de una estructura terrestre a otra subterránea y secreta.
Los misiles antitanque, que jugaron un papel importante en la lucha de los combatientes de Hezbolá contra los tanques israelíes durante la guerra de Julio de 2006 (guerra de 33 días), son esenciales para construir las capacidades terrestres del Ejército libanés, pero su estrategia de defensa debe ser diferente porque en este momento, el equipo y las unidades militares se dividen en pequeños grupos que funcionan de forma independiente, explica el autor del artículo.
La segunda consecuencia de la oferta de apoyo al Ejército libanés por parte de Teherán sería la siguiente, según el sitio: “Entre el 80% y el 90% de las armas y municiones que el Ejército libanés ha obtenido en los últimos años, provienen de EEUU, y esto en el marco de varios acuerdos de cooperación entre los ejércitos libanés y estadounidense. Por lo tanto, cualquier armamento militar serio por parte de una parte extranjera, iraní, rusa o de cualquier otro país que no pertenezca al eje estadounidense, requerirá una decisión política estratégica sobre las consecuencias de la pérdida del apoyo militar de EEUU, que está muy lejos de ser eficaz, por otro lado”.
Cualquier decisión de armar al ejército libanés por parte de Irán implica automáticamente pasar a un nuevo eje, con todas las implicaciones de seguridad, políticas, económicas y financieras que implicaría la elección de esta opción, especialmente porque EEUU busca extender las sanciones contra Irán. El documento agrega, antes de concluir, lo siguiente: “No hay duda de que la adquisición de armamento para el Ejército libanés y el refuerzo de sus capacidades requieren una nueva revisión de una estrategia de defensa que debería ser aprobada por el Líbano para defender su territorio y su gente de la mejor manera posible, con un mínimo de víctimas. Esperemos que se hagan planes serios y operativos en esta área”.
Source: Press TV