Con motivo del 40º aniversario de la victoria de la Revolución Islámica en Irán, el Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Ali Jamenei, anunció lo inesperado: “Este cuadragésimo aniversario de la República Islámica de Irán será el punto de partida de la segunda etapa de nuestra revolución: el Gran Yihad para construir un poderoso Irán islámico”, informó la agencia de noticias iraní Farsnews.
En otras palabras, el Ayatolá Jamenei confirmó a través de sus comentarios que la Revolución Islámica ha logrado enfrentar todos los desafíos para pasar a una etapa superior.
En su discurso, Su Eminencia se centró en noticias regionales que se resumen en tres puntos: “La resistencia al imperialismo estadounidense y al sionismo, que están ganando terreno a medida que aumentan la derrota de la política estadounidense en Asia Occidental, el fracaso de los aliados de Washington y, finalmente, una presencia cada vez más influyente de Irán en la región, una presencia que preocupa cada vez más a algunas potencias”.
“La nación iraní no tiene confianza en EEUU o en ciertos países europeos cuyas políticas están impregnadas de imposición y mentiras. Irán tiene la intención de mantener su distancia con estos estados para preservar sus valores esenciales”.
“Irán se enfrenta hoy, como en el pasado, a muchos desafíos, excepto que en el pasado, nuestro principal desafío era luchar contra la interferencia extranjera, cerrar la embajada del régimen sionista o la de EEUU, donde se estaban realizando todo tipo de complots contra nuestra nación. Hoy, los desafíos que enfrentamos son de una naturaleza diferente, están vinculados a nuestra poderosa presencia en las fronteras de la entidad sionista, a nuestros esfuerzos para hacer retroceder la presencia ilegítima de EEUU en Asia Occidental y a nuestro apoyo a la resistencia de los palestinos, a Hezbolá y a la Resistencia en toda la región “.
“En el pasado, Occidente nos prohibió comprar armas convencionales. Hoy quieren privar a los grupos de la Resistencia de armamentos sofisticados que nosotros mismos fabricamos”.
“Hace unos años, EEUU creía que podría derrocar al régimen iraní a través de unos pocos aviones y helicópteros y con la ayuda de un puñado de mercenarios. Hoy, se ve está obligado a crear una amplia coalición anti-iraní de países desorientados y preocupados, que está condenada a fracasar”.
“Gracias a los logros de la Revolución Islámica la nación iraní ha alcanzado la posición que siempre ha merecido”, agregó el Líder Supremo de la Revolución Islámica.
El Ayatolá Jamenei describió la “Revolución iraní como la revolución más popular, una revolución que el pueblo ha estado apoyando durante 40 años, de generación en generación, y que sigue comprometida con sus principios fundamentales”.
“En vuestros ojos, 40 años de resistencia han dado sus frutos. Os beneficiáis de un Estado y nación soberanos e independientes que poseen fe, orgullo y dignidad y una experiencia larga y valiosa, un Estado y una nación que poseen una influencia real en la región y cuya lógica se impone en la escena internacional. Es un Estado y una nación que ha batido récords inesperados en términos de ciencia y tecnología avanzadas, a pesar de las sanciones y las presiones”.
Dirigiéndose a los jóvenes iraníes, Sayyed Jamenei afirmó que “entre todas las naciones que viven bajo la opresión, pocas son las que dan origen a una revolución. Y entre las naciones que se han levantado y han comenzado una revolución, pocas han podido terminarla, mantener sus ideales y producir un cambio de gobierno. Sin embargo, esta revolución liderada por la nación iraní sigue siendo la más espectacular y popular de la era contemporánea. Esta es la única revolución que ha durado cuarenta años sin traicionar nunca sus ideales y perder su dignidad. Se las arregló para confrontar todas las tentaciones que parecían irresistibles. Esta revolución acaba de entrar en su segunda fase para construir la sociedad y una civilización y fortalecerse”.
“¿Cómo no inclinarse ante esta gran nación que ha lanzado una revolución que está entre las más nobles y humanas y que nunca ha dejado de ofrecer varios sacrificios para preservarse? Esta revolución comienza ahora su segunda fase.
El Ayatolá Jamenei señaló: “En un momento en que el mundo entero estaba dividido entre el materialismo del Este y el Oeste y nadie preveía el surgimiento de un gran movimiento religioso, la Revolución Islámica en Irán vio el día con todo su poder y esplendor: rompió todas las cadenas. Ella reveló al mundo la obsolescencia de todas las consignas vacías, unió la religión y la vida material y anunció el comienzo de una nueva era. Por lo tanto, era normal que los tiranos reaccionaran tan violentamente”.
“La democracia occidental, en todas sus formas, derecha o izquierda, primero afirmó no haber escuchado esta nueva voz y luego trató de sofocarla. Pero cuanto más lo intentaba, más se precipitaba en un círculo vicioso. Cuarenta años después, uno de los dos focos de hostilidad ha desaparecido y el otro está atascado en una crisis que anuncia su próxima caída. Y la Revolución Islámica avanza aferrándose a sus principios”.
“Ciertamente, cualquier movimiento tiene una vida y una fecha de vencimiento, pero esta revolución religiosa es una excepción: sus valores y principios nunca serán obsoletos o ineficaces porque están vinculados al fitra (naturaleza) del hombre. Libertad, ética, espiritualidad, justicia, racionalismo, fraternidad: estos valores no conciernen a una generación en particular ni a una sociedad en particular; no son valores que florecen en un momento y declinan en otro”.
“Uno no puede imaginar que gente pierda estas felices perspectivas. Si uno está aburrido o cansado es porque los líderes se han apartado de los principios religiosos y no han intentado aplicarlos de una forma suficiente. Sin embargo, la Revolución Islámica está siempre lista para ser flexible y para corregirse. No es reversible y pasiva. La Revolución Islámica permanece atenta a las críticas y las considera una bendición divina y una advertencia para aquellos que hablan sin actuar. Pero bajo ninguna circunstancia se desvía de sus valores, que son parte integral de la convicción religiosa de la gente. La Revolución Islámica no fue cuestionada después del establecimiento de un estado islámico en Irán. Para la Revolución Islámica, no hay contradicción entre el movimiento revolucionario y el régimen político y social. Siempre defenderá la teoría del Estado Revolucionario.”