Según la publicación española Elcierredigital.com, los servicios secretos españoles están muy enfadados. “En el CNI no salen todavía de su asombro. Aunque nadie lo dice públicamente, todo el mundo apunta a la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EEUU) como responsable del asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid el pasado 22 de febrero. Algunas voces críticas dentro del CNI piden la inmediata expulsión del responsable de esta agencia de inteligencia estadounidense en la capital, una medida considerada lógica por cualquier servicio secreto”.
“Si nosotros hacemos lo mismo en EE.UU, estamos expulsados del país en una hora”, asegura un veterano agente del CNI a Elcierredigital.com. El agente se queja así de lo que se considera una muestra de debilidad del gobierno español por no tomar medidas en lo que se considera una actuación desproporcionada dentro del territorio nacional español. A la espera de que el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y la Comisaría General de Información de la Policía Nacional concluya su investigación, en el CNI tienen bastante clara la reconstrucción de los hechos ocurridos aquel viernes 22 de febrero.
Aquel día, una decena hombres irrumpieron en la Embajada de Corea del Norte en Madrid, situada en el barrio de Aravaca, muy cerca de la sede del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), provistos de armas de fogueo según la Policía. Los asaltantes entraron a las 6 de la tarde aprovechando la visita de un grupo de cinco estudiantes de Arquitectura de Corea del Norte. Dos de los asaltantes separaron del grupo a Yu Sok So, encargado de negocios de la embajada y lo llevaron a una habitación aparte, le taparon la cabeza y lo golpearon. Otros fueron directamente a registrar el ordenador del antiguo embajador, Kim Hyok Chol, expulsado de España en septiembre de 2017 en respuesta a los ensayos balísticos que hacían en su país. Hyok Chol regresó a Pyonyang y se convirtió luego en el primer artífice del primer encuentro entre el líder de su país.
Unas horas después una mujer saltó la valla de la embajada, pero se rompió algunos huesos y un viandante la acompañó al centro de Salud más cercano, en la calle Viñas del Pardo. Allí el personal sanitario llamó a la Policía explicando que una mujer de origen coreano, que no hablaba español, había ingresado con diversos traumatismos en su cuerpo. Un coche de policía se acercó hasta el centro de salud y ante la imposibilidad de entenderla uno de los agentes usó su teléfono móvil para introducir dentro de la aplicación Google Translator las palabras de la coreana. Así pudieron entender que varios hombres armados había tomado la embajada y retenía a sus ocupantes.
Según la versión oficial, que pocos expertos en seguridad se creyeron, el agente de policía habría acudido a la puerta de la embajada y pulsado el timbre. Cuando abrieron preguntó a un hombre con un pin del líder coreano en la solapa si todo estaba bien, recibiendo respuesta afirmativa del hombre dentro de la embajada.
Poco después, a las 21.45 horas, tres vehículos de alta gama abandonaban el edificio a toda velocidad, llevándose consigo varios ordenadores y teléfonos móviles. Uno de ellos conducido por el mismo hombre que abrió la puerta. Los expertos en seguridad no creen que un agente de policía llamase a la puerta espontáneamente, porque si lo hizo alertó con su presencia a los asaltantes.
Quince minutos después los retenidos dentro de la embajada salieron corriendo por la puerta principal. Ninguno puso denuncia, solo la mujer herida. Las primeras declaraciones aseguraron que los asaltantes eran de Corea del Sur.
En realidad, todo comenzó hace dos años, cuando en el CNI recibieron un mail de sus colegas de la CIA pidiendo que se observase con prioridad los movimientos del entonces embajador de Corea del Norte en España, Kim Hyok Chol. Los norteamericanos sospechaban que las actividades del embajador se extralimitaban de las propiamente diplomáticas y que podía manejar información sobre las bases de misiles secretas norcoreanas. Tras su expulsión de España el exembajador se convirtió en pieza clave en el encuentro entre el presidente Donald Trump y Kim Jong-un. El mismo día que negociaban los dos altos mandatarios la embajada coreana en Madrid era asaltada.
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Source: elcierredigital.com