Desde que los militares estadounidenses ocuparon la ciudad estratégica de Raqqa a través de protegidos de las FDS, nunca habían sentido tanto miedo, ni siquiera cuando varios soldados de EEUU murieron o resultaron heridos a fines de enero en un coche bomba cerca de un punto de control de las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias) en la provincia de Hassaké. O cuando las fuerzas de inteligencia francesas fueron el blanco de otro ataque con bomba. Los estadounidenses sienten este miedo en lo profundo de su ser desde hace unos pocos días.
El 9 de abril, una mina poderosa explotó al paso de un convoy militar norteamericano, después del estallido de dos coches bomba. Los medios de comunicación corporativos obviamente transmitieron la información prefiriendo mencionar solo el número de muertos de civiles de este triple ataque.
Los informes de la triple explosión del 9 de abril, publicados por la FDS, mencionaron, en efecto, la muerte de 9 personas sin especificar el número de soldados estadounidenses en esta lista. Pero una cosa es segura: el sentimiento anti-estadounidense y anti-FDS en Raqqa es lo suficientemente amplio como para empujar a la población a la lucha armada contra la ocupación norteamericana. Ni siquiera la hipótesis de un ataque turco es capaz ahora de convencer a la población de que tolere la presencia de los estadounidenses. Los abusos cometidos por las FDS contra los habitantes de Raqqa extienden este odio anti-estadounidense, agregan las fuentes sobre el terreno.
Las protestas se han intensificado desde que Trump creyó que tenía permiso para violar el derecho internacional y reconocer la ocupación israelí del Golán sirio, un hecho que ha creado un amplio resentimiento entre la población de toda Siria. En este contexto, el triple ataque parece haber alterado algunos planes de los estadounidenses que, en el proceso, han decidido retirarse de Raqqa.
Según Al Masdar News, el convoy militar estadounidense, compuesto por 30 vehículos, se retiró de la provincia de Raqqa y cruzó luego las fronteras para entrar en el territorio iraquí y dirigirse hacia una base militar. Fuentes sirias informaron “de un convoy nocturno” del ejército estadounidense que viajaba desde la ciudad de Tabaqah, en el sur la provincia de Raqqa, donde se había quemado la bandera norteamericana en diversas manifestaciones.
El convoy salió de Tabaqah para dirigirse a la capital provincial, Raqqa, mientras que las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) cortaron la electricidad a las ciudades y aldeas situadas al oeste de la ciudad para evitar que la población enojada atacara a los ocupantes estadounidenses.
Fuentes militares sirias informaron también en febrero que se había producido una explosión masiva en el cuartel general de la Inteligencia Militar francesas en Raqqa. Una bomba colocada en una motocicleta explotó dentro de la sede la célula de inteligencia y espionaje de las fuerzas francesas situada en la fábrica de azúcar, en el norte de Raqqa.
Anteriormente, el 21 de enero, varios militares estadounidenses murieron o resultaron heridos en otro ataque con coche bomba contra un convoy cerca de un puesto de control de las FDS en la provincia de Hassake. El convoy militar estadounidense iba escoltado por miembros de la milicia kurda, que también perdieron a varios de los suyos en este ataque.
Source: Press TV