“Donald Trump ha intentado derrocar a los gobiernos en Venezuela y luego a Cuba en el período previo a las próximas elecciones presidenciales para convertir tal hecho en una carta electoral ganadora, pero el apoyo proporcionado por Rusia y China a Caracas y La Habana ha neutralizado todos sus planes”, señaló un analista estadounidense.
En un artículo del Wall Street Journal publicado el 22 de abril, Walter Russell Mead, profesor universitario y analista jefe del Instituto Hudson, dijo que la caída del gobierno de Maduro en Venezuela podría haber sido una tarjeta ganadora para Donald Trump en el período previo a las elecciones presidenciales en EEUU, pero el apoyo ruso y chino a Caracas desbarató los planes de Trump.
El ex presidente de EEUU, Barack Obama, tardó años en normalizar las relaciones entre EEUU y Cuba, pero todos sus esfuerzos se vinieron abajo tras la llegada al cargo de Trump”, dice Walter Russell Mead.
Él recordó que el debilitamiento de la economía venezolana podría haber tenido consecuencias desastrosas para Cuba y que todo esto habría constituido al mismo tiempo una oportunidad histórica para Donald Trump.
El problema es que Rusia y China no dejarán que eso suceda. No permitirán que EEUU implemente el escenario sirio en Venezuela y Cuba. Al mismo tiempo, los aliados europeos y Canadá se oponen a las duras sanciones de EEUU contra Irán y no apoyan los planes geopolíticos de Washington”, dijo el analista estadounidense.
Según Mead, “La Habana se ha convertido una vez más en el centro de un importante conflicto global, 60 años después del ascenso al poder de Fidel Castro. Las consecuencias de un nuevo conflicto en esta región probablemente serían impredecibles y podrían tener efectos indeseables para EEUU”.
Source: Wall Street Journal