La disolución de la Knesset y la convocatoria de las próximas elecciones israelíes para el próximo 17 de septiembre abren un periodo de incertidumbre legal para el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Los sucesivos aplazamientos de los casos de corrupción que le afectan ponen a Netanyahu entre la espada y la pared, y no está claro si sus abogados conseguirán un nuevo aplazamiento de la audiencia que debe ofrecerle la justicia en otoño antes de su procesamiento.
La disolución del Parlamento alarga durante casi cuatro meses la situación que se creó cuando se disolvió la Knesset en diciembre pasado, por lo que “Israel” permanecerá con un Gobierno en funciones durante casi un año.
En medios jurídicos se comenta que los cuatro meses que hay por delante podrían impedir nuevas maniobras dilatorias de Netanyahu con la justicia.
Esto también significa, sobre todo, la imposibilidad de aprobar una ley de inmunidad a la medida del primer ministro, lo que puede crearle problemas graves a medio plazo.
Además, la inestabilidad política en “Israel” pone en entredicho la iniciativa de paz del presidente Donald Trump conocida como “acuerdo del siglo”.
En estas circunstancias es imposible que avance el “acuerdo del siglo”. Sobre él ya pesa la amenaza de muerte antes de nacer debido a la negativa de los palestinos a entrar en el juego que promueve la Administración Trump.
Source: Sputnik