Dos días después de haber anunciado su intención de derrocar a Assad por medio del despliegue de sus tropas en el norte de Siria, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dado marcha atrás.
La Oficina del presidente turco afirmó que “las declaraciones presidenciales fueron realizadas en un contexto determinado y malinterpretadas”.
Este paso atrás de Erdogan tuvo lugar tras una entrevista telefónica entre el presidente turco y su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la que, según medios occidentales, este último advirtió seriamente a Ankara sobre una acción contra Damasco. Poco después, un asesor cercano a Erdogan dijo que “esperamos que Rusia termine rápidamente con la mala interpretación que se ha hecho de las declaraciones del presidente”.
El viceministro ruso de Asuntos Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov, afirmó poco antes que las afirmaciones del mandatario turco contradecían los acuerdos internacionales sobre Siria.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comentó las declaraciones de Erdogan sobre Assad afirmando que esperaba que Ankara formulara una rápida aclaración.
Él añadió que Rusia estaba sorprendida por el plan turco de derrocar a Assad. “De hecho, la declaración es un anuncio muy serio que contradice las declaraciones anteriores (de Turquía) y difiere de nuestra postura acerca de la situación” en Siria, dijo.
Peskov recordó que Rusia es el único Estado extranjero cuyas tropas se encuentran en Siria de manera legítima, en referencia a la ofensiva aérea rusa contra los terroristas lanzada en septiembre de 2015 a petición del gobierno sirio.
Las advertencias rusas parecen haber empujado, pues, a un nervioso Erdogan a revisar su posición y a apresurarse a lanzar un desmentido.
Source: Agencias