Dos meses después del espectacular ataque de un dron contra el gasoducto este-oeste de Arabia Saudí, y mientras los Emiratos Árabes Unidos abandonan a Riad, dejando solo a su aliado saudí en el infierno yemení, el régimen saudí muestra signos de agotamiento y quiere ahora acudir a la mesa de negociaciones.
Durante una conferencia de prensa en la tarde del lunes 15 de julio, el portavoz de las fuerzas armadas yemeníes, Yahya Sari, informó sobre los ataques a gran escala de drones Qassef-K2. “Ansarulá ha atacado la Base Aérea Rey Jalid ubicada en Jamis Mushait, en la provincia de Asir de Arabia Saudí. Este es el último de una serie de ataques que comenzaron hace dos meses y han derrotado a la coalición de la agresión”.
“Los ataques en respuesta a los recientes bombardeos aéreos de la coalición saudí han afectado a los depósitos de armas en la base aérea y otras instalaciones militares”, dijo Sarii, y agregó que los ataques por sorpresa contra sitios saudíes continuarán mientras Riad no ponga fin a la agresión y el bloqueo contra Yemen”.
De hecho, la operación contra la Base Aérea Rey Jalid es parte de una larga serie de ataques simultáneos con drones, el primero de los cuales tuvo lugar el 14 de mayo contra las instalaciones petroleras de ARAMCO.
En una entrevista con el canal de televisión Al Alam, Ahmed al Habishi, asesor de medios del Consejo Político Supremo de Yemen, dijo que el regreso de la delegación saudí a la mesa de negociaciones es fruto de los fracasos consecutivos de la coalición pro-Riad. “Los mercenarios pro-Hadi han hecho todos los esfuerzos posibles para sabotear la solución política en beneficio de las operaciones militares y han tratado de cuestionar la credibilidad del enviado de la ONU, acusándolo de tomar partido por Ansarulá. De hecho, fue Riad quien habló a través de ellos, pero los representantes de Arabia Saudí ahora están pidiendo una solución política, lo que supone una admisión de impotencia por parte del régimen saudí, que ha agotado todos sus cartuchos y ha tocado fondo”.
Al Habishi habló del tono firme del asesor de Mohammed Ben Zayed, el príncipe heredero de los EAU, en una entrevista con la CNN durante la cual destacó que la retirada de las fuerzas emiratíes de Yemen es la decisión final del país. Él reconoció el fracaso de las operaciones militares de los EAU en Yemen, pero se negó a admitir lo mucho que su país había socavado los esfuerzos para poner fin al conflicto a través del diálogo.
A los ojos de Al Habishi, la retirada de las fuerzas emiratíes de Yemen significa el colapso gradual de la coalición saudí: “La prueba es que algunas brigadas de mercenarios se han rendido junto con sus armas al Ejército yemení y Ansarulá y que un gran número de políticos, periodistas y ex mercenarios están regresando a la capital, Sanaa. Esto podría ser el comienzo de una gran reconciliación nacional y estos ex mercenarios deben ser bien recibidos por el Gobierno de Salvación Nacional de Yemen. Es hora de que los yemeníes se encuentren entre ellos y trabajen por la liberación de todas las regiones yemeníes de norte a sur y, especialmente, por la reconstrucción de su país. Ansarulá no es más que un componente de Yemen y solo quiere un estado fuerte y soberano”.
Source: Press TV