China ha reiterado su compromiso con el desarrollo de tres grandes proyectos energéticos clave que el mayor comprador mundial de petróleo implementará, a pesar de las sanciones de EEUU, según un informe.
El sitio web internacional de energía OilPrice.com citó a una fuente principal que trabaja estrechamente con el Ministerio de Petróleo de Irán diciendo que la Fase 11 del campo de gas supergigante de South Pars, el campo petrolífero Yadavaran y la terminal de exportación de petróleo de Jask son los tres proyectos que los chinos quieren continuar.
El director de la Compañía de Petróleo y Gas de Pars (POGC), Mohammad Meshkinfam, dijo la semana pasada que se reanudaron las conversaciones con los promotores chinos para avanzar en el desarrollo de la Fase 11.
La China National Petroleum Corp (CNPC) se convirtió en el inversor dominante en la Fase 11 después de que la empresa francesa Total de Francia se retirara del proyecto el verano pasado debido a las sanciones estadounidenses.
En diciembre pasado, Reuters dijo que la CNPC había decidido suspender sus operaciones en el proyecto South Pars, pero el ministro de Petróleo Bijan Zangeneh dijo que Irán se había opuesto.
“Hemos resuelto este tema con este país (China). La suspensión hubiera significado que ellos habrían perdido el contrato y su parte habría sido transferida a la empresa iraní Petropars”, dijo el ministro. “Ellos no quisieron esto”.
La Compañía Nacional de Petróleo de China suscribió un acuerdo con Total y Petropars en Julio de 2017 para una explotación conjunta de la Fase 11 en un contrato por valor de 4.000 millones de dólares.
Cuando Total se retiró, la CNPC recibió el 50,1% de la participación en el proyecto de Total, lo cual elevó la suya hasta el 80,1%, correspondiendo el resto a Petropars.
Por otro lado, China ha invertido ya desde 2007 cuantiosos fondos en el campo de Yadavaran y en la actualidad busca dar un impulso a este proyecto.
El tercer gran proyecto chino en Irán es la terminal de exportación de petróleo de Jask, que se encuentra en el Golfo de Omán, fuera del Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz.
El proyecto requiere una inversión de 2.000 millones para construir un oleoducto de 1,000 kilómetros para transportar petróleo desde la provincia de Juzestan, en el suroeste de Irán, hasta Jask, en la provincia sureña de Hormozgan, y los chinos pagarán la factura.
La terminal de Jask tendrá capacidad para almacenar hasta 30 millones de barriles y exportar un millón de barriles por día de petróleo crudo.
Otros planes son construir un gran complejo petroquímico y una refinería en Jask. El mercado principal de las sustancias producidas, que incluyen gasolina, gasóleo, combustible para aviones, azufre, butadieno, etileno y propileno, y monoetilenglicol, será China.
Según OilPrice.com, China se ha ofrecido a enviar ingenieros y otros profesionales requeridos en el proyecto.
Pekín también está preparada para cualquier consecuencia de su participación en proyectos de desarrollo en Irán y su posible enfrentamiento con EEUU, dijo el sitio web.
“Si EEUU intenta presionar a China para detener estos proyectos chinos en Irán, entonces Pekín invocará con toda su fuerza la “opción nuclear”: la venta de todo o una parte significativa de su tenencia de 1.400 millones de letras del Tesoro de EEUU”, dijo.
La venta a gran escala de letras del Tesoro podría desencadenar una caída del dólar, el colapso del mercado inmobiliario y el caos del mercado de valores, según han advertido las principales figuras de los think tanks de China.
Source: Press TV