Ali Abbas Maatuk, de ocho años de edad, murió y otro niño resultó herido como resultado de la dispersión de fragmentos de una bomba de racimo que detonó cuando jugaban en la aldea libanesa de Toul en la región de Nabatiye.
‘Sus lesiones eran muy graves’, precisó.
El otro niño sufrió heridas de metralla en el estómago, pero estaba en condición estable, indicó Burgi.
La tragedia ocurrió en el décimo tercer aniversario del fin del conflicto de 33 días, durante el cual “Israel” lanzó unos cuatro millones de bombas en la zona meridional libanesa, según un informe de una organización humanitaria.
Las bombas de racimo remitidas por el régimen de Tel Aviv violaron el derecho internacional humanitario y constituyen un crimen de guerra, apuntó la entidad.
Reportes del Grupo Asesor de Minas, una organización no gubernamental, dan cuenta que no explotaron 40 por ciento de esos ingenios mortales.
Source: PL