Una semana después del ataque de los drones de Ansarulá, Riad comienza a desesperarse: justo antes de partir hacia Yeddah, Mike Pompeo había prometido los fuegos del infierno a los iraníes. Pero ese mismo jueves, completó silenciosamente su gira regional con la siguiente declaración: “El objetivo de Trump es crear una coalición más bien diplomática, que no sea de guerra, para terminar pacíficamente con la crisis”, dijo Pompeo citado por el periódico libanés Al Akhbar.
Por cierto, el ataque de Ansarulá del 14 de septiembre ha sacudido el concepto mismo de guerra, ya que el ataque de un enjambre de drones y, “de creer en algunas fuentes estadounidenses, de algunos misiles de crucero” alcanzaron sus objetivos al 100% de forma económica. Los drones de la Resistencia no solo han revolucionado el arte de la guerra, sino que también han “popularizado” el acceso a una fuerza aérea para las fuerzas antiimperialistas y contra la ocupación en todo el mundo. Zachary Keck, ex director de The National Interest, estima que en el período posterior a la Guerra Fría, ningún otro país ha desafiado a EEUU tanto como Irán. Ni Rusia ni China se han atrevido a llegar tan lejos.
Al mismo tiempo, Irán ha advertido que cualquier ataque contra su territorio desencadenará una guerra total que se extenderá por todo Oriente Medio y fuera de la región y no se limitará al lanzamiento de misiles.
A pesar de las sanciones estadounidenses, el Ejército iraní ha logrado mejorar sus capacidades en estos últimos años. El tema del derribo del RQ-4 no es un asunto pequeño. Recientemente, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica ha expuesto los drones estadounidenses que ha capturado en estos últimos tiempos.
Irán posee una doctrina militar basada en la disuasión basada en tres tipos de capacidades: un amplio arsenal de misiles balísticos, un fuerza naval capaz de llevar a cabo una guerra asimétrica y vínculos con poderosos grupos no gubernamentales dispuestos a implicarse en un conflicto al lado de Irán. Entre las armas iraníes más poderosas pueden citarse los misiles Seyyil-1 y Seyyil-2, los submarinos clase Gadir y el Hezbolá libanés y los grupos shiíes de resistencia de Iraq.
Irán tiene también misiles antibuque Khalij-e Fars capaz de destruir todo tipo de barcos que naveguen cerca de sus aguas. Con ellos y su flota, el país puede bloquear el tránsito de petróleo por el Estrecho de Ormuz. En este caso, sus submarinos también jugarían un papel muy relevante. Su creciente flota de submarinos miniatura Gadir sería particularmente devastadora en tal conflicto.
Source: The National Interest