Durante el año pasado, Rusia envió a Cuba 1.000 minibuses, 50 locomotoras, decenas de miles de turistas y una promesa de mejorar la red eléctrica de la isla con un plan de mejora multimillonario.
El comercio ruso-cubano se ha más que duplicado desde 2013, hasta una cifra esperada de 500 millones de dólares este año, principalmente en exportaciones rusas a Cuba. Y una serie de altos funcionarios rusos visitaron a su antiguo aliado en el Caribe, incluido el primer ministro Dimitri Medvedev.
El martes, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel aterrizó en Moscú para reunirse con responsables rusos, incluido el presidente, Vladimir Putin, con la expectativa de que ambos países avancen en acuerdos para incrementar su comercio y cooperación.
Los lazos ruso-cubanos están lejos de la era de la Guerra Fría cuando existía una dependencia cubana casi total del bloque soviético, que vio a esta isla como una base operativa avanzada en las Américas y luego la abandonó en gran medida en la década de 1990. Pero los observadores de la política exterior cubana y rusa dicen que hay un calentamiento significativo de los vínculos entre los antiguos socios provocado en parte por la revocación por parte de la administración Trump de la apertura del presidente Barack Obama hacia Cuba. Cuba y Rusia también están apoyando fuertemente al presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien EEUU ha estado tratando de derrocar.
“Cometimos grandes errores en la década de 1990 al darle la espalda a Cuba. Ese tiempo definitivamente ha terminado, y estoy absolutamente seguro de que nuestras relaciones merecen una mejor atención por parte de Rusia”, dijo Konstantin Kosachev, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Alta del Parlamento ruso.
“Merecen más inversiones de Rusia, tanto en términos de finanzas y equipamiento, por supuesto, como también en recursos humanos. Y definitivamente debemos ayudar a Cuba. Debemos apoyar a Cuba siempre que sea discriminada, siempre que sea sancionada, siempre que esté bloqueada por EEUU”.
Ninguno de los dos países proporciona muchos detalles sobre su mejora de las relaciones, pero los productos rusos que se exportan a Cuba incluyen automóviles Lada de nuevo modelo y camiones Kamaz. Hay una nueva empresa conjunta cubano-rusa para producir materiales de construcción, y cuando Medvedev visitó Cuba este mes, inauguró una planta de productos derivados del petróleo y firmó acuerdos para reparar tres plantas de energía de la era soviética.
A medida que el turismo de EEUU se reduce, las visitas de rusos aumentaron un 30% en 2018, hasta las 137.000.
“Rusia está tratando de preservar la zona de influencia que tuvo durante la era de la Unión Soviética, buscando socios en América Latina y dejando que Washington sepa que todavía es una gran potencia”, dijo Arturo López-Levy, profesor asistente de Relaciones Internacionales en la Universidad de Holy Names, en Oakland, California. “Cuba está promoviendo proyectos que pueden beneficiarla y ya están mostrando resultados en la isla”.
Rusia no oculta su deseo de ser un socio confiable para una isla que enfrenta una hostilidad por parte de EEUU, incluidas las sanciones a los barcos que llevan petróleo de Venezuela.
“Es obvio que EEUU desea crear una atmósfera tóxica en torno a la cooperación con Cuba, asustar a los inversores y bloquear el flujo de energía”, dijo Medvedev durante su viaje a La Habana. “Cuba siempre puede contar con el apoyo de Rusia”.
Source: Press TV (traducido por el sitio de Al Manar en español)