Con motivo de la muerte del historiador religioso Sayyed Yaafar Mortada, el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, pronunció un discurso el viernes 1 de noviembre de 2019 en el que expuso los últimos acontecimientos en el Líbano marcados por las manifestaciones que tuvieron lugar durante estos dos últimas semanas. Él trató sobre la renuncia del primer ministro Saad Hariri y las responsabilidades del próximo gobierno. Se comprometió a hablar en el futuro del papel dañino de EEUU en el Líbano y aseguró que la Resistencia Islámica derribará los drones israelíes cada vez que se presente el ocasión.
He aquí los puntos principales de su discurso:
Con respecto a los últimos acontecimientos en el Líbano, hace falta enfocarse en los puntos siguientes:
En primer lugar: después de dos semanas de contestación y manifestaciones en el Líbano -que hemos bautizado con el nombre de contestación popular y en ningún caso hemos llamado revolución- hace falta arrojar luz sobre ciertos aspectos positivos.
Me gustaría decir a los libaneses que han podido evitar el caos. Algunos planificaban y querían empujar el país hacia un conflicto interno.
Sí. Tenemos informaciones según las cuales ciertos protagonistas buscaban empujar la situación hacia el caos y un conflicto interno.
Los insultos… un fenómeno sin precedentes
La prueba son los insultos que se han pronunciado. Este es un fenómeno sin precedentes en la historia de las manifestaciones en el Líbano. Nunca ha habido tantos insultos en todas las manifestaciones que el Líbano haya conocido. Esto muestra que hubo una recomendación o incluso una orientación para pronunciar insultos, mientras que algunos medios fueron responsables de transmitirlos en sus pantallas, lo que demuestra que voluntariamente alentaron esta atmósfera de difamación.
Especialmente porque estos insultos atacaron la dignidad de las personas objetivo, sin ninguna consideración por sus seres queridos o su entorno.
A través de esta atmósfera de difamación, querían que la gente del otro campo insultado bajara a las calles y que hubiera un enfrentamiento cara a cara.
Una verdadera revolución popular no hubiera podido admitir este tipo de insultos.
El cortar las carreteras no fue una coincidencia
Otra señal de que algunos protagonistas estaban trabajando para impulsar las cosas hacia la confrontación fue el cortar las carreteras y erigir bloqueos de carreteras donde los ciudadanos fueron humillados. Lo mismo ocurrió con algunos periodistas.
Esto sucedió especialmente en la carretera sur, que fue específicamente tomada por objetivo. Esto no fue una coincidencia.
Pero lo que ha evitado este choque, o esta confrontación, es el nivel de conciencia en un gran número de libaneses, su madurez, su sagacidad y su disciplina. Se negaron a dejarse llevar por los insultos y dieron prueba de gran paciencia.
Ahora, algunos dirán que Sayyed amenaza. No, no amenazo a nadie, pero los insultos pronunciados podrían haber llevado las cosas a lo peor.
Pido paciencia, sagacidad, para no ser arrastrados al caos de aquellos que quieren empujar al país a un conflicto interno.
Pido a los líderes políticos que no permitan que el movimiento de protesta se deslice hacia la deriva comunitarista. Este movimiento estuvo marcado por el hecho de que era transconfesional. Eso es parte de sus aspectos positivos.
Los gobiernos no han sido nunca los de Hezbolá
En segundo lugar: nuestra principal preocupación en las últimas dos semanas y aparte del respeto que tenemos por las legítimas demandas populares es que estábamos en contra de quienes levantaron la consigna de derrocar al presidente, el parlamento y el gobierno. Estábamos preocupados por el vacío político resultante.
Intentamos mantener el equilibrio entre las demandas legítimas y los riesgos de un vacío política que se produciría: rechazamos esos lemas que querían derrocar al presidente y el gobierno, … Hezbolá hizo todo lo posible para evitar que el país cayera.
Ahora que hemos llegado a la renuncia del gobierno, me gustaría explicar algunas cosas.
En años anteriores, algunas personas insistieron en llamar a los gobiernos existentes “gobiernos de Hezbolá”. Este fue el caso de los gobiernos de Nayib Mikati, Tammam Salam y los de Saad Hariri … mientras que este nunca fue el caso. Esto no tiene nada que ver con la verdad.
Nunca Hezbolá ha estado a cargo de importantes carteras ministeriales en estos gobiernos, ni siquiera en el último. La cartera de salud nos ha sido concedida con gran dificultad.
Algunas personas nos dicen que no explotamos nuestro peso real en nuestro gobierno.
En innumerables gobiernos, se han tomado y adoptado muchas decisiones a pesar de nuestra negativa.
En ningún momento estos gobiernos fueron los gobiernos de Hezbolá. El propósito de esta designación es atribuir a Hezbolá las dificultades o fracasos de estos gobiernos.
Ninguna inquietud por la Resistencia
En tercer lugar: me gustaría decir que no estamos inquietos en absoluto por la Resistencia. Jamás la Resistencia ha estado en un estado tan bueno como está hoy en el plano local y regional.
No tenemos miedo de nada, absolutamente de nada.
Nos sentimos inquietos solo a veces por nuestro país y nuestro pueblo.
Hace poco le dije a próximos que el Estado libanés podría ser incapaz de pagar salarios al sector público, pero este nunca será nuestro caso; nunca dejaremos de pagar los salarios.
En los últimos tiempos, había dos opiniones en el país: la primera, y esta es la nuestra, es el rechazo a la renuncia del gobierno, mientras llamamos a escuchar las demandas reales del movimiento de protesta, para dar a la gente el cambio positivo que quería. Como, por ejemplo, que el gobierno se reúna y proponga un proyecto de ley destinado a recuperar el dinero público saqueado, decretar la amnistía general, aprobar las deducciones fiscales a las clases más desfavorecidas… Hablamos de ello con el jefe del gobierno.
Finalmente, el jefe de gobierno tomó la decisión de renunciar. Eso significa que entre las consecuencias que se derivarán está la suspensión de la propuesta de reformas, incluidas las cláusulas que la forman, como la ley anticorrupción.
Hace falta restablecer la confianza entre las gentes y el poder
No apoyamos esta renuncia, y el primer ministro debe tener sus propias razones que discutiremos en el futuro.
En los próximos días, se deberá nombrar un primer ministro, a la espera de lo cual el gobierno actual tendrá que continuar en funciones.
Temo sinceramente que llegue un día en que alguien se pregunte quién robó los sueños de este movimiento de protesta.
Necesitamos formar un nuevo gobierno lo antes posible y sus ministros deben escuchar las demandas de las personas que salieron a las calles.
El nuevo gobierno debe buscar restaurar la confianza entre la gente y el gobierno porque, por el momento, no existe una relación entre las dos partes y esto obstaculiza la consecución de logros importantes.
El nuevo gobierno debe trabajar en serio y saber que no tiene mucho tiempo y debe saber cómo priorizar.
La transparencia es uno de los factores clave para restaurar la confianza.
Cuando la gente pedía reformas, nadie les escuchaba. La prueba es que dijeron que no querían imponer impuestos, mientras que en las sesiones ministeriales se decidió lo contrario. Tienes que ser transparente y no burlarte de las personas.
Hacemos un llamado al diálogo entre las diferentes formaciones políticas del país. Lo que ha pasado causó un gran daño, pero el espíritu nacional nos dicta que demos este paso
Hablaré sobre el nefasto papel estadounidense
Más tarde, deberemos hablar sobre el papel estadounidense en el Líbano que impide que los libaneses resuelvan sus problemas. Los estadounidenses desempeñan un papel perjudicial y la próxima vez daré datos tangibles sobre cómo evitan que los libaneses rompan el punto muerto para relanzar su producción agrícola e industrial. Especificaré cómo imponen sus condiciones, en detrimento de nuestra soberanía real.
Es por eso que estamos pidiendo un gobierno que pueda ejercer su soberanía plena y trabajar en favor de nuestros propios intereses, sin escuchar los dictados estadounidenses. Daré detalles en el futuro.
Sabed que somos libaneses y que tenemos las capacidades y las habilidades suficientes para poder salir del impasse económico y financiero.
Un nuevo arma para repeler los drones israelíes
Termino mencionando lo que sucedió cuando los combatientes de la Resistencia Islámica rechazaron ayer un dron israelí sobrevolando el Sur del Líbano. Lo que hicieron es algo normal. Desde la ofensiva contra el Suburbio del Sur, habíamos publicado que queremos derribar los drones israelíes para liberar nuestro espacio aéreo.
Esto continuará. Se le digo tanto al enemigo como a los amigos.
Sabed que el tema de la Resistencia está completamente separado de todos los asuntos internos libaneses. Su liderazgo, sus efectivos y sus cuadros actúan lejos de los desarrollos internos o regionales. Este curso continuará. El enemigo se ha detenido ante el coraje de esta resistencia, especialmente desde que esta usó un arma adecuada que no esperaba para repeler el dron.
Source: Al Manar