La pasada semana, la primera ministra británica, Theresa May, visitó Bahrein, en el Golfo Pérsico, donde no dudó en embarcarse en una retórica anti-iraní con el fin de agradar a los dirigentes saudíes y también al régimen de Bahrein, donde el Reino Unido ha construido recientemente una gran base militar.
May afirmó que su país estaba “dispuesto” a “ayudar a los países del Golfo Pérsico” a hacer frente a lo que calificó de “peligro iraní que pesa sobre la región”.
Expresándose durante una cumbre de los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en Bahrein, May declaró que Irán representaba una “amenaza evidente” para la región del Golfo Pérsico y Oriente Medio y “para hacerle frente hemos de reforzar nuestros esfuerzos conjuntos”.
Ella añadió que “la seguridad del Golfo Pérsico equivale a la seguridad de la Gran Bretaña”.
May se reunió también con el rey de Bahrein, que lleva a cabo una implacable represión contra la población de su país, que exige reformas democráticas. En octubre de 2015, los británicos comenzaron a construir una base naval en Mina Salman, cerca de Manama, la primera en ser creada de forma permanente en la región en cuatro décadas.
Enfrentada a una crisis económica debido a su intención de abandonar la UE, Gran Bretaña ha estado últimamente buscando socios en todo el mundo para compensar sus pérdidas, en especial para la capital británica, Londres, que perderá una gran parte de su papel como centro financiero internacional tras el Brexit, ya que muchos bancos se trasladarán a otras partes de Europa para no perder el acceso a la Eurozona y al mercado que representa UE. En este sentido, los contratos de armamento con las monarquías del Golfo Pérsico y las inversiones que estás realizan en el Reino Unido se han convertido en un objetivo primordial para Londres en este período post-Brexit.
Poco después de la visita de May, un grupo que vigila la situación en Bahrein, Bahrain Watch, denunció que un grupo de análisis británico que se presenta como una autoridad mundial en materia militar y diplomática había puesto en peligro su propia independencia al aceptar una donación de 25 millones de libras de la familia real de Bahrein.
Los documentos, publicados por el diario The Guardian, señalaron que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos había recibido dicha cifra en el transcurso de los pasados cinco años, hecho éste que ha socavado la credibilidad de dicha entidad.
Reacción iraní
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Bahram Qassemi, denunció a “los países cuya intervención irresponsable en los asuntos de otros están en el origen de la propagación de la inseguridad, las guerras, la violencia y el terrorismo”, en alusion a Gran Bretaña.
Aludiendo a los intentos de Londres de sembrar la división entre los países vecinos del Golfo Pérsico, Qassemi añadió: “En su intento de regresar a la región, Londres ha reanudado su política de sembrar divisiones entre los pueblos y la República Islámica de Irán considera esta actitud como inútil y contraproducente”.
“La República Islámica de Irán cree que estas declaraciones son fruto de los recientes cambios en las relaciones de ese país con la Unión Europea y tales cambios están en el origen de los problemas, carencias y complejidades que sufre ahora el Reino Unido en el escenario internacional”. Él manifestó que las declaraciones de May buscan adecuarse al ambiente que reina en el seno del CCG y agradar a algunos dirigentes de los países que lo integran”.
“Parece también que el objetivo proseguido por tales declaraciones es la conclusión de nuevos y gigantescos contratos de armamento entre el Reino Unido y ciertos países del Golfo Pérsico y provocar una nueva ola de tensiones, crisis y crímenes contra los pueblos de Yemen, Siria, Bahrein, Iraq y otros países musulmanes de la región”.
El pueblo iraní no ha olvidado la ocupación británica durante y tras la Segunda Guerra Mundial. En 1953, el Reino Unido, juntamente con la CIA, llevó a cabo un golpe de estado para derrocar al primer ministro iraní Mohammad Mossadeq, que había nacionalizado el petróleo y puesto así en peligro los intereses de la Anglo-Iranian Company.
Source: Periódicos