Pekín reaccionó con enojo el jueves 28 de diciembre a la promulgación por parte del presidente de EEUU, Donald Trump, de una ley que apoya las protestas en Hong Kong, calificando el texto de “abominación absoluta” y amenazando a Washington con represalias, en medio de una guerra comercial entre dos países.
Por segunda vez en cuatro días, el embajador de EEUU en Pekín, Terry Branstad, fue convocado ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, quien pidió a Washington que “no implemente” esta ley ofensiva para China y su soberanía.
La resolución, aprobada la semana pasada por el Congreso y promulgada el miércoles por Trump, “oculta intenciones siniestras”, dijo previamente la diplomacia china en un comunicado, en el que advirtió de “represalias”, sin especificar cuáles.
Pekín acusó el texto de ser un “acto de apoyo descarado a los ataques cometidos contra ciudadanos inocentes que fueron golpeados, heridos y quemados … por delincuentes violentos”.
Por su parte, un funcionario del gobierno de Hong Kong dijo que la resolución se interfiere “claramente en los asuntos internos de Hong Kong” y envía “un mal mensaje a los manifestantes”.
Donald Trump promulgó el miércoles la “Ley de 2019 sobre Derechos Humanos y Democracia en Hong Kong” después de haber dudado durante mucho tiempo, por temor a irritar a las autoridades chinas con las que busca sellar un acuerdo comercial desde hace meses.
La resolución, que amenaza con suspender el estatus económico especial otorgado por Washington a la ex colonia británica si no se respetan los derechos de los manifestantes, fue aprobada hace una semana por una abrumadora mayoría en el Congreso.
Los activistas opositores de Hong Kong acogieron con beneplácito la resolución de EEUU, ya que supone un apoyo internacional para su movimiento.
Hong Kong, un territorio chino semiautónomo, ha estado experimentando un movimiento de protesta durante casi seis meses. Hong Kong dejó de ser una colonia británica y volvió a China en 1997.
Source: Agencias