Tras las amenazas de Donald Trump de aprobar sanciones contra Iraq si este país exige la retirada “inamistosa” de las tropas estadounidenses, muchos iraquíes creen que ha llegado el momento de mirar con determinación hacia China.
“Estamos listos para ayudar al gobierno iraquí a garantizar la seguridad de las empresas chinas en Iraq”, dijo Ali al-Askari, portavoz de Kataib Hezbolá, en una declaración.
Después del asesinato del comandante en jefe de la Fuerza Al Quds, el general Qassem Soleimani, y del segundo jefe del Hashid al Shaabi, Abu Mahdi Mohandis, por un ataque de drones estadounidenses cerca del aeropuerto de Bagdad el domingo pasado, el Parlamento votó unánimemente el domingo 5 de enero en favor de expulsar a las tropas estadounidenses del país.
Durante la noche del lunes al martes, el presidente estadounidense, en reacción al voto del parlamento iraquí, amenazó con imponer las sanciones más duras hasta la fecha a Iraq. “Retiraremos nuestras fuerzas de Iraq, pero ese país primero debe reembolsarnos el coste de nuestras bases aéreas”, dijo Trump, sin entender que el tiempo para las amenazas ya ha terminado.
El lunes 6 de enero, el primer ministro interino, Adel Abdel Mahdi, señaló que China es un “socio importante para Iraq” y que “su país tiene la intención de llevar a buen término” los contratos por valor de 2.000 millones de dólares firmados con China durante su visita del verano de 2019 a Pekín.
Estos son tiempos difíciles para los estadounidenses en la región. Al matar a Soleimani Irán e Iraq se han convertido en dos enemigos feroces, lo cual beneficia, sobre todo, a China y Rusia. Esta última acaba de reiterar su oferta de entregar S-400 a Iraq.
Source: Agencias