El Pentágono ha confirmado que un bombardero estadounidense se ha estrellado en Afganistán, en la provincia de Ghazni.
“Un bombardero estadounidense E-11A se estrelló el lunes 27 de enero en la provincia de Ghazni, Afganistán. Se está llevando a cabo una investigación sobre las causas del incidente, pero no hay indicios de que haya sido causado por fuego enemigo”, dijo el portavoz de las fuerzas estadounidenses en Afganistán.
Unas horas antes, el Pentágono había presionado a la compañía Ariana para que mintiera y pretendiera que era un avión de esta compañía, que conecta Afganistán con la India, el que se había estrellado. La empresa inmediatamente se negó a participar en esta mentira.
Las imágenes del enorme bombardero, “un laboratorio de guerra electrónica volador” con el emblema de la Fuerza Aérea de EEUU, en llamas se publicaron tan pronto cuando los combatientes talibanes llegaron al lugar donde se hallaban los restos del avión.
Según el sitio web militar ruso Avia.pro, los datos iniciales indican que el avión fue destruido en pleno vuelo por un misil, que debe haber sido precedido por un gran ataque cibernético, ya que el E-11 A es un avión de detección y no hizo ninguna llamada de socorro, ya que no vio venir nada.
¿El balance de pérdidas? Según Avia.pro, las cifras varían entre los 12 y los más de 80 militares, dependiendo de si uno confía en los medios dominantes o los talibanes, que revelaron que poseen incluso los nombres de los oficiales de la CIA que iban a bordo.
Pero, el lunes 27 de enero, el Pentágono, que ha ocupado Afganistán desde 2001 y que obstinadamente continúa rechazando cualquier retirada, recibió otra sorpresa: “Cuando el misil golpeó el avión estadounidense, este último estaba a una distancia superior al alcance de los sistemas de misiles antiaéreos portátiles (MANPADS), lo que no excluye la posibilidad de que ahora existan sistemas de defensa aérea de corto alcance en el arsenal de los talibanes.
Apenas unas horas después, los talibanes se atribuyeron la responsabilidad del derribo de un helicóptero estadounidense cuya misión era rescatar a los sobrevivientes del E-11. El helicóptero fue derribado en Paktia y los 7 soldados a bordo (según otras fuentes – 11 personas) resultaron muertos, una señal de que los dos ataques fueron perfectamente coordinados sobre la base de un trabajo extraordinario de inteligencia, que habría incluido todas las operaciones militares de EEUU en una gran área geográfica que se extiende desde Paktia a Ghazni.
Todavía no está claro cómo fue derribado el helicóptero, pero las fuentes dicen que el helicóptero fue abatido aparentemente por un cañón antiaéreo. Obviamente, los funcionarios del Pentágono se niegan a comentar sobre la pérdida de un avión y helicóptero de la Fuerza Aérea de EEUU en el espacio de unas pocas horas, así como la muerte de docenas de soldados y oficiales de la CIA dado que estos derribos y bajas suponen una humillación suprema.
Source: Press TV y Sputnik