El primer ministro libanés, Saad Hariri, conoció la pasada semana un fallo adverso de la Justicia saudí. Una sentencia de un tribunal de Riad apareció en la prensa saudí.
Este fallo ha sido el resultado de varias demandas contra Hariri en calidad de copropietario de la compañía quebrada Saudi Oger, incluyendo las del Grupo Financiero Samba y del Banco Nacional de Comercio.
Hariri no esperaba quizás un fallo similar. Él apostó por un arreglo de tipo político y financiero tras su nominación para el puesto de primer ministro en el Líbano.
Sin embargo, las cosas se desarrollaron mal para el líder de la Corriente del Futuro. El periódico saudí Al Yazira publicó un artículo que decía que el Tribunal de Riad le ha fijado “un plazo de cinco días antes de que la sentencia sea ejecutada, conforme a lo estipulado en las leyes”.
Según las agencias Bloomberg y Reuters, el grupo financiero Samba ha rechazado una propuesta de Saudi Oger para congelar el pago de sus deudas, lo cual significa el fin de las negociaciones entre la compañía y sus acreedores. Estos últimos reclaman a Saudi Oger 13.000 millones de riales (3.470 millones de euros).
Esto supone un golpe para la empresa Saudi Oger, más aún teniendo en cuenta que el reino ha adoptado un plan para liquidar todas las crisis de deudas antes del fin del año actual.
Lo que resulta extraño es que estas medidas hayan seguido a la nominación de Saad Hariri para el puesto de primer ministro libanés y que ellas supongan una violación de las promesas del gobierno saudí de salvar la compañía Saudi Oger. Sin embargo, fuentes de la Corriente del Futuro han señalado que “todo lo que se ha dicho sobre una ayuda del gobierno saudí a Saudi Oger no es exacto”.
Esta claro que no existe una decisión saudí de salvar a la compañía Saudi Oger, como fue el caso en la epoca del rey Abdulá bin Abdul Aziz. Actualmente, Hariri -que es ciudadano saudí y era visto como el hombre de los saudíes en el Líbano- es tratado como cualquier otro hombre de negocios.
Por su parte, el periódico libanés Al Akhbar dijo que la demanda contra Saudi Oger era una “medida política” contra el primer ministro libanés.
Arabia Saudi está irritada por la decisión de Hariri de no oponerse a Hezbolá y permitir la llegada a la Presidencia libanesa de Michel Aoun, un aliado del partido de la Resistencia libanés.
Otras fuentes hablan de que existe otra razón detrás de la decisión contra Saudi Oger y es el deseo del hijo del rey, ministro de Defensa y segundo príncipe heredero, Mohammed bin Salman, de apoderarse de la compañía.
La crisis económica saudí ha llevado a una caída de los proyectos públicos de construcción y esto ha llevado, a su vez, a un fuerte declive de este sector, ya que las compañías privadas dependen en gran medida de los contratos estatales. Estas dificultades alcanzan a Saudi Oger y al Grupo Bin Laden, los gigantes de la construcción de Arabia Saudí.
Source: Diverso