El F-35, el avión de combate que sucederá al F-16 en el Ejército belga, todavía tiene cientos de fallos, incluidas 13 considerados críticos, según el último informe de las pruebas operativas y evaluaciones realizadas por el Departamento de Defensa de EEUU, señaló el sábado el periódico belga De Standaard.
Estos problemas incluyen la ciberseguridad y el software. La instalación de un nuevo conjunto de software ha tenido consecuencias no deseadas en otras áreas. Ciertas fallos también se refieren al armamento y en particular al arma de 25 mm.
Sin embargo, el coronel Harry Van Pee, a cargo del programa de reemplazo de los F-16, no se preocupó demasiado. “Nuestros F-16 todavía tienen más de 1.000 fallos en este momento”, afirmó.
“Para un dispositivo complejo como el nuevo F35, 800 fallos está bien. Y entonces es bueno que continuamente se busquen y encuentren cosas nuevas”, dijo a De Standaard.
Incluso después de años de actualizaciones y optimizaciones, el sistema logístico del F-35 sigue estando afectado por problemas de datos y errores que hacen que sea más difícil para los responsables del mantenimiento del caza utilizarlo para nuevas misiones, dijo el nuevo jefe de pruebas de armas del Pentágono, citado el 1 de febrero por Defense News, en un nuevo informe.
El Sistema de Información Logística Autónoma de Lockheed Martin (ALIS, por sus siglas en inglés) ha sido “diseñado para mejorar la eficiencia del mantenimiento y las operaciones de vuelo, pero no funciona como se había planeado”, escribió Robert Behler, director de pruebas operativas y evaluación en su informe anual publicado el jueves 7 de febrero.
El avión, cuya fabricación cuesta un total de 100 millones de euros por unidad ha sufrido en su historia numerosos problemas técnicos. El programa de desarrollo ha acumulado un importante retraso en relación al calendario inicial y esto ha ocasionado importantes problemas con el presupuesto, lo cual ha generado importantes críticas de los responsables estadounidenses.
En 2018, 300 aparatos fueron entregados aunque ninguno de ellos ha estado en un estado operacional y el constructor reconoce la existencia de numerosas averías técnicas.
Varios países europeos, Australia, Japón, Corea del Sur y Turquía han intentado adquirir el caza “furtivo” estadounidense. Israel posee algunos que ha utilizado varias operaciones de Oriente Medio. Sin embargo, tras el derribo de un F-16 israelí en Siria por la defensa antiaérea siria Israel ha evitado utilizar el caza en el conflicto con Siria por temor a que Rusia derribe alguno y se haga con la tecnología estadounidense.
Source: Diversas