“Los soldados turcos en Idleb no deberían estar fuera de los puestos de observación”, dijo el Kremlin el viernes 28 de febrero, después de una entrevista telefónica entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, después de una escalada militar en la provincia de Idleb, en la que al menos 33 soldados turcos murieron y otros 32 resultaron heridos.
El Kremlin añadió que “el Ejército turco debería haber controlado a los milicianos y haber evitado los actos terroristas, pero no tuvo éxito en su misión”.
Moscú también reveló la presencia de mercenarios extranjeros en las filas de los terroristas, incluidos ciudadanos de la Comunidad de Estados Independientes (repúblicas ex soviéticas).
Según el Ministerio de Defensa ruso, el Ejército turco estaba en un área donde no se suponía que debería estar, en este caso Bejun, una zona en la que había presencia de terroristas.
Por su parte, el canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo que Rusia no puede evitar que el Ejército sirio luche contra grupos terroristas.
“El Ejército sirio tiene pleno derecho a luchar contra los terroristas en Idleb”, dijo durante una rueda de prensa, después de la gran escalada militar en la provincia de Idleb, entre las fuerzas del gobierno sirio y los grupos terroristas apoyados por Ankara.
Turquía ha enviado en las últimas semanas unos 7.000 militares turcos a Idleb para ayudar a los grupos terroristas, incluyendo el Frente al Nusra, en sus combates contra el Ejército sirio. Con la ayuda de la Fuerza Aérea rusa, desde finales de diciembre el Ejército sirio ha liberado más de la mitad de la provincia de Idleb y áreas importantes de la provincia occidental de Alepo y de la provincia norteña de Hama.
Según el Organismo Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, 64 milicianos de los grupos armadas murieron en los combates en el eje de Saraqib, en el sureste de Idleb, el jueves 27 de febrero.
Source: Diversas