El lunes, combatientes de la unidad de élite Radwan de Hezbolá llegaron a Idleb determinados a poner fin a la ocupación de Saraqib por los grupos terroristas y vengar la muerte de algunos combatientes de la Resistencia caídos en un ataque turco. Pocas horas después, la estratégica localidad situada en la interconexión entre las autopistas M4 y M5 había sido retomada.
En la noche del martes al miércoles, un intenso ataque con misiles, apoyado por las fuerzas aéreas sirio-rusas, apuntó a las posiciones del Ejército turco y sus mercenarios y a juzgar por las imágenes de vídeo tomadas por las unidades de inteligencia sirias, la estampida fue total en las filas del Ejército turco.
Se dice que el ataque con misiles causó decenas de muertos y heridos, que los helicópteros de las bases turcas evacuaron durante la noche, aunque el Ministerio de Defensa turco informó que solo hubo un muerto y nueve heridos en sus filas. Decididamente, el síndrome de Ain al Asad comienza a reproducirse en las filas de los aliados de Washington.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres y cercano a la oposición siria, reconoció el alcance del ataque con misiles por parte del Ejército sirio y sus aliados en los alrededores de Tarnaba, localidad ubicada al oeste de Saraqib y Al Mastumah. El OSDH presentó una evaluación algo más realista al anunciar 4 muertos y 7 heridos (12 muertos y 8 heridos, según fuentes rusas). También dijo que la evacuación de los heridos y los muertos continuó hasta el amanecer, una versión que obviamente contradice a la del Ministerio de Defensa turco.
En un vídeo publicado el martes por la noche por Al Mayadin, se ve a los soldados del Ejército turco huyendo masivamente de los ataques sirios y rusos. Mientras los combatientes sirios llevaban a cabo intensas incursiones cerca de Al Nayrab, Afes y otras regiones al este de Saraqib, las fuerzas del Ejército turco se retiraron huyendo de la intensa ola de ataques y abandonando sus posiciones en el pueblo de Afes, que acaba de ser liberado de nuevo por el Ejército sirio.
Pero eso no es todo: el compromiso directo de las tropas de Hezbolá en el campo de batalla y la reactivación de las unidades de misiles de la Resistencia fueron acompañadas por la entrada en acción de las unidades de guerra cibernética: solo este martes, 7 aviones drones turcos de diferentes tipos fueron interceptados y derribados por las fuerzas sirias y sus aliados.
En Ankara, las peticiones contra la “guerra loca” de Erdogan se multiplican y ciertos círculos cercanos al gobierno le recuerdan al presidente turco que esta forma de hacer las cosas es probable que tarde o temprano se vuelva contra él. Si es cierto que la purga dentro del Ejército turco tras el intento de golpe de estado de 2016 sofocó mucho descontento, la agitación de los soldados turcos bajo las bombas y misiles demuestra que este Ejército no está necesariamente dispuesto a servir de carne de cañón en las aventuras expansionistas de Erdogan.
Source: Press TV