El autor del tiroteo en una base naval estadounidense en diciembre tuvo “vínculos importantes” con el grupo terrorista Al Qaida “incluso antes de llegar a EEUU”, citó el lunes el fiscal general Bill Barr.
Mohammed al Shamrani, de 21 años, un militar saudí que se entrenaba en EEUU, abrió fuego el 6 de diciembre en la base de Pensacola en Florida, matando a tres militares estadounidenses e hiriendo a ocho antes de ser muerto por la policía.
Los investigadores han establecido que él estuvo en contacto con el grupo terrorista desde al menos 2015 y que su ataque fue “el resultado de años de planificación y preparación”, dijo el director del FBI Christopher Wray en una conferencia de prensa.
Pocos días después del tiroteo, la policía federal de EEUU anunció que se trataba de un acto terrorista.
EEUU decidió después de este incidente expulsar al menos a una docena de saudíes del programa de entrenamiento militar.
La Base de la Fuerza Aérea de Pensacola en Florida alberga a más de 16.000 soldados y 7.400 civiles. De ellos, 5.181 son oficiales extranjeros de 153 países, de los cuales 852 son militares saudíes.
El Departamento de Defensa de EEUU suspendió el entrenamiento para pilotos saudíes durante algún tiempo después del tiroteo, pero anunció unos meses después que el entrenamiento se había reanudado.
Estas revelaciones se produjeron pocos días después de que el FBI revelara por error el nombre de un diplomático saudí, vinculado a los atentados 11-S, y pone de relieve el encubrimiento brindado por EEUU al reino árabe.
La página web Yahoo News ha publicado este miércoles un reporte exclusivo, en el que ha informado de la supuesta implicación de Mussaid Ahmed Yarrah, un empleado de la embajada de Arabia Saudí en Washington, en los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001.
De acuerdo con el informe, Jarrah es sospechoso de ayudar a los terroristas de Al Qaida que llevaron a cabo los ataques 11-S, los cuales dejaron un total de unos 3000 muertos.
El nombre del diplomático saudí fue develado en un documento judicial que fue presentado en abril por un alto funcionario del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) ante un tribunal federal en respuesta a una demanda de las familias de las víctimas del 11-S, que acusan a Arabia Saudí de complicidad en los ataques.
Source: Diversas