El pueblo del noreste de Siria, concretamente la gobernación de Hasaka, desafió todas las restricciones y a la ocupación y la autoadministración creada por los estadounidenses, y participó en las elecciones legislativas para elegir a los miembros de la Asamblea Popular de su región.
Esta participación refleja una serie de lecciones importantes en esta etapa en la que Siria enfrenta los intentos estadounidenses de crear una realidad divisiva en el noreste del país en el contexto de un plan destinado a explotar a algunas partes kurdas para lograr los objetivos coloniales de EEUU de continuar robando petróleo sirio e intentar chantajear al Estado sirio a cambio de facilitar una solución política, poner fin a la guerra terrorista y no poner obstáculos a la reconstrucción. La participación popular en las elecciones legislativas en Hasaka permite extraer varias lecciones:
La primera lección es falsedad de las acusaciones estadounidenses que cuestionaban la legitimidad y la democracia de las elecciones. La amplia participación en áreas fuera del control del Estado sirio atestigua la legitimidad de los comicios y la desconexión de la propaganda norteamericana con la realidad y pone de relieve la decisión del pueblo sirio de participar en el proceso electoral y rechazar los llamamientos de las milicias de las FDS para boicotearlo.
La segunda lección es que la máscara se retiró de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias, que han formado una “auto-administración” en las áreas que controlan, en el noreste de Siria, con la protección y el apoyo de las fuerzas de ocupación estadounidenses. La participación en las elecciones confirmó que esta administración no cuenta con el apoyo de la mayoría de la gente de la región. Esta es una clara evidencia del rechazo del pueblo sirio a cualquier autoridad de facto que funcione como un sustituto de la autoridad del Estado y a cualquier intento de los estadounidenses y sus peones de separar la región de Siria.
La tercera lección es el fortalecimiento del ambiente popular que rechaza la ocupación estadounidense y su autoridad de facto. La participación en las elecciones se complementa con la escalada de llamamientos de líderes y dignatarios del noreste para resistir a las fuerzas de ocupación estadounidenses. La gente en muchas aldeas de Hasaka y otras regiones se ha enfrentado a las patrullas estadounidenses junto al Ejército sirio para evitar el paso de los convoyes militares de EEUU y obligarlos a regresar por donde vinieron. También se han producido varios ataques contra estos últimos.
La cuarta lección es que la participación del pueblo del noreste de Siria es una victoria para el Estado nacional, para el sentimiento patriótico y de pertenencia nacional y para el auténtico arabismo que se niega a coexistir con la ocupación y sus consecuencias. Los habitantes de esta región, como el resto de sus conciudadanos en todas partes de Siria, se adhieren a la unidad nacional y a la unidad de su tierra.
Este patriotismo es el mismo que mostraron los sirios desplazados en el Líbano, a través de su fuerte participación en las elecciones presidenciales sirias en 2014. Esta última asestó un fuerte golpe a los enemigos de Siria, que habían apostado por la renuencia de las personas desplazadas a participar en aquel proceso electoral y su posición en contra de la elección del presidente Bashar al Assad. Hoy, la bofetada se repite para los enemigos de Siria. Pero esta vez la bofetada vino de la gente del noreste de Siria, que ha mostrado su rechazo a los proyectos de partición y autogobierno y a la ilegal ocupación de sus tierras por los militares estadounidenses.
Source: Diversas