Cada pueblo en el Sur del Líbano tiene una historia heroica que contar sobre la Guerra de Julio de 2006. Ayta Al Shaab, sin embargo, tiene muchas historias. La ciudad fronteriza no solo fue testigo de la incursión que condujo a la captura de dos soldados israelíes al comienzo de la guerra de 33 días, sino que también sus combatientes enseñaron a los invasores israelíes lecciones duras sobre la valentía y la defensa de la tierra.
Wadi Al Uyun, un documental producido por Al Manar, habla sobre la heroica batalla que tuvo lugar cuando los combatientes de la Resistencia repelieron un intento de las fuerzas de ocupación israelíes de avanzar hacia la ciudad fronteriza sur de Aita Al Shaab en la cuarta semana de la guerra.
El nombre del documental se refiere al nombre de un valle en las cercanías de Ayta Al Shaab, Wadi Al Uyun, donde los miembros del Cuerpo de Ingenieros de Combate israelí fueron humillados por combatientes de Hezbolá. La batalla fue el último intento israelí de incursión terrestre durante la guerra de Julio. ¡El golpe que las fuerzas de ocupación recibieron durante el asalto impidió que el Ejército repitiera tal intento!
El documental contiene testimonios de un comandante militar de la Resistencia y otros tres combatientes que participaron en la batalla. También incluye testimonios, transmitidos por medios israelíes, de soldados de ocupación que resultaron heridos durante el asalto israelí.
Aita, una ciudad clave
Desde el inicio de la guerra el 12 de julio de 2006, el eje de Aita Al Shaab y las ciudades fronterizas circundantes fueron testigos de varios intentos de incursión terrestre por parte de las fuerzas israelíes, quienes se esforzaron por asegurar incluso un solo logro militar en el área donde los dos soldados israelíes fueron capturados por combatientes de Hezbolá.
“Aita representó uno de los principales puntos de enfrentamiento entre las fuerzas de ocupación y los combatientes de la Resistencia. Los dos soldados israelíes fueron capturados en la zona de Jallet Warde, o área 105, como la llamó el ejército israelí. Durante la guerra de 33 días, hubo intentos desesperados por parte del ejército de ocupación de infiltrarse en Aita, con el fin de conseguir algún logro y levantar la moral de sus fuerzas”, señaló el comandante militar del comando 110 de Hezbolá.
“Hezbolá sabía bien que las fuerzas israelíes intentarían entrar en el Líbano por la ruta en que los dos soldados fueron capturados, y el ejército israelí también conocía que este camino sería peligroso y que las fuerzas israelíes se enfrentarían tanto a bombas situadas junto a la carretera como a misiles antitanque”, señaló un reportero israelí.
“El enemigo israelí envió repetidamente a sus fuerzas de élite a territorios libaneses, pero se encontraron con una dura resistencia por parte de los combatientes de Hezbolá que se desplegaron por todas partes en Aita y sus alrededores en un intento por repeler cualquier ofensiva”, señaló el comandante.
La unidad de vigilancia de la Resistencia tuvo un papel importante en frustrar los intentos israelíes de incursión terrestre durante la guerra, según el documental.
“El enemigo trató repetidamente de engañar a los guerrilleros de la Resistencia realizando movimientos de distracción en un intento por encubrir sus intentos de infiltración. Sin embargo, nuestros combatientes estaban atentos a todos los movimientos del Ejército israelí”, dijo un guerrillero de la unidad de vigilancia de la Resistencia conocido por su nombre de guerra “Harun ”.
La batalla de Wadi Al Uyun
Hablando más específicamente sobre la batalla antes mencionada, el ejército de ocupación tomó el 6 de agosto de 2006 la decisión de infiltrarse en Aita por su parte trasera. Envió una unidad del Cuerpo de Ingenieros de Combate en un intento por desmantelar los artefactos explosivos improvisados colocados por los guerrilleros de la Resistencia y, por lo tanto, abrir el camino para que las fuerzas de ocupación ingresaran a la ciudad.
“Monitoreamos movimientos extraños cerca de Jallet Warde en la noche de ese día e informamos a los mandos sobre estos movimientos”, dice Harun.
“La misión era simple pero también peligrosa. El comando del Ejército israelí envió una unidad del Cuerpo de Ingenieros de Combate en un intento por abrir el camino para que los soldados de infantería se infiltraran. La unidad estaba compuesta por catorce soldados que llevaban tres excavadoras blindadas D9 y dos vehículos de ingeniería de combate Puma”, dice el reportero israelí.
“Fue extraño que una pequeña fuerza fuera enviada a un área donde los dos soldados fueron capturados unas semanas antes. El área también estaba plagada de artefactos explosivos improvisados y las fuerzas israelíes no pudieron vigilarla. ¿Cómo es que se fueron a esa zona para repetir los mismos errores?”, se preguntó el reportero.
“La decisión de enviar a la unidad israelí a esa área muestra la idiotez del liderazgo israelí, ya que el ejército de ocupación a través de los enfrentamientos con los combatientes de Hezbolá durante los días previos de la guerra sabía muy bien que la Resistencia controlaba completamente el área y sus combatientes estaban completamente preparados para afrontar cualquier intento de avance de las fuerzas israelíes. Este error de cálculo llevó a la unidad de ingenieros israelíes a ser emboscada por combatientes de Hezbolá”, señala el comandante.
Al narrar el inicio de la batalla, el reportero israelí dice: “La misión comenzó a las 19:00 horas del 6 de agosto de 2006, cuando los soldados intentaron abrir un camino de 10 km de profundidad dentro del territorio libanés. Se les asignó la tarea de limpiar el área de artefactos explosivos”.
Después de que las fuerzas de ocupación ingresaron al territorio libanés ese día, y cuando llegaron a un área llamada Marj Debel, perdieron el contacto con los mandos israelíes y todas las demás fuerzas que los apoyaban en los alrededores.
La unidad israelí estaba respaldada por paracaidistas que estaban posicionados en las colinas. Sin embargo, y debido a la naturaleza del valle, los paracaidistas no pudieron tener ningún contacto con la unidad y, en consecuencia, no pudieron ofrecer ningún tipo de apoyo.
Las unidad israelí solo logró recibir dos llamadas: La primera llamada les comunicó que “Hezbolá os ha descubierto y os atacará”, mientras que la segunda llamada instó a la unidad israelí a mantenerse alerta ante cualquier intento de Hezbolá de capturar a más soldados israelíes.
A las 22:00 de esa noche, la unidad israelí llegó a Wadi Al Uyun y el liderazgo de Hezbolá ordenó a la unidad antitanques y a otra de infantería que atacaran a las fuerzas israelíes.
“Atacamos al primer bulldozer blindado israelí con un misil antitanque, lo que obligó a las fuerzas de ocupación a detenerse”, dijo un combatiente de la unidad antitanque de Hezbolá conocido con su nombre de guerra “Amin”.
Poco después, otro vehículo israelí fue alcanzado por un artefacto explosivo y resultó dañado. Luego se ordenó a la unidad de infantería de la Resistencia que se enfrentara a las fuerzas israelíes que salieron de los vehículos y estaban aterrorizadas. Los militares israelíes corrieron y se escondieron detrás de árboles y rocas en el área.
“Les sorprendimos. Estaban disparando histéricamente a todas partes por miedo. Incluso dispararon contra sus compañeros debido al estado de confusión que reinaba. Los guerrilleros de la Resistencia estaban a pocos metros de distancia de las fuerzas de ocupación y el enfrentamiento duró horas hasta pasada la medianoche en que los israelíes huyeron”, dijo “Kamal”, combatiente de Hezbolá que participó en el enfrentamiento.
“No podíamos hacer nada más que correr. Corrimos y corrimos. El tiroteo que tuvo lugar esa noche fue inesperado”, dijo uno de los soldados israelíes que participó en la batalla.
A las 02:00 del 7 de agosto de 2006, las fuerzas de ocupación escaparon hacia una de las colinas circundantes y levantaron barricadas en un intento por no quedar expuestas al fuego de los combatientes de Hezbolá.
“Después de horas de combates, con muchos heridos y al menos dos vehículos dañados, la unidad israelí se dio cuenta de que no podía avanzar”, narra el reportero israelí.
Luego se restableció la comunicación entre la unidad israelí y su liderazgo. Después del amanecer y durante todo el día, se ordenó a las fuerzas israelíes que no se movieran. Al atardecer llegó la orden de retirarse. Sin embargo, esta decisión significó que tomarían nuevamente el camino de Wadi Al Uyun y, por lo tanto, estarían nuevamente bajo el fuego de la Resistencia.
“Cuando llegaron a Wadi Al Uyun, la unidad fue atacada con otro misil antitanque que alcanzó el vehículo blindado Puma. Estalló un nuevo enfrentamiento cuando los guerrilleros de la Resistencia se enfrentaron con las fuerzas israelíes. Su movimiento en la segunda noche fue totalmente diferente al de la primera. Se estaban moviendo rápidamente. Claramente escapaban”, dijo “Kamal”.
Source: Al Manar