Un silencio sepulcral reinaba el lunes sobre las conversaciones entre delegaciones de los dos protagonistas de la crisis libia, el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) y el Parlamento, basado en la ciudad oriental de Tobruk.
Ambas delegaciones llegaron la víspera a esta ciudad, capital del reino de Marruecos, y viajaron a la localidad meridional de Bouznica que será escenario por segunda vez desde 2015 de las conversaciones entre ambos antagonistas, que acatan un cese de hostilidades decretado la semana pasada.
De su lado, el canciller marroquí, Nasser Bourita, aclaró que el papel de su país está limitado a proporcionar a los rivales “un espacio para discutir sus diferencias” y que su país carece de iniciativas para las conversaciones.
La crisis libia iniciada con el derrocamiento en 2011 del gobierno constitucional y el asesinato del líder Muammar Gadafi por una agresión militar de la OTAN, derivó en la fragmentación del país en dos gobiernos rivales cada uno con su fuerza militar y sus respectivos aliados extranjeros.
Desde entonces partes de ese país norteafricano están controladas por milicias armadas que imponen su ley por la fuerza de las armas y controlan el mercado negro de armas y el tráfico de inmigrantes hacia Europa.
Source: PL