Aunque Arabia Saudí tiene relaciones secretas con “Israel” y algunos miembros de la familia gobernante han visitado los territorios ocupados, hasta ahora Riad se ha negado a firmar, como los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, un acuerdo de normalización con Tel Aviv.
Abdel Bari Atwan abordó en un artículo publicado por Rai al Youm el tema de la normalización entre Riad y Tel Aviv.
En primer lugar, Trump se puso en contacto con el rey Salman de Arabia Saudita para tratar de convencerlo de que firmara un acuerdo de paz similar, pero la llamada hasta ahora no ha dado resultados. El presidente de EEUU tuvo que contentarse con decir que “Arabia Saudí normalizará sus relaciones en el momento adecuado”.
En segundo lugar, la declaración emitida por el Consejo de Ministros de Arabia Saudí en una reunión presidida por el rey Salman el martes pasado no solo no acogió con satisfacción los acuerdos firmados por los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, sino que no los mencionó. “El rey de Arabia Saudí subrayó la unidad de las tierras árabes y el hecho de que Arabia Saudí respaldará al pueblo palestino y apoyará los esfuerzos y medidas para una solución justa y completa a la cuestión palestina”, se lee en este comunicado.
En tercer lugar, Arabia Saudí no está acostumbrada a estar subordinada a ningún otro país árabe, incluso si quiere firmar un acuerdo de paz con el régimen ocupante israelí, ya que siempre prefiere hacer su trabajo sola y no en asociación con otros países más pequeños. Se ha convertido en algo común que cualquier funcionario estadounidense o árabe que desee embarcarse en una gira por la región debe viajar primero a Riad. Si bien esta condición se refiere a los viajes oficiales, también se aplica a acciones y acuerdos clave, como los tratados de paz.
En cuarto lugar, la princesa Rima Bint Bandar, embajadora de Arabia Saudí en EEUU, no asistió a la ceremonia de firma de los acuerdos en la Casa Blanca y no envió a nadie para representarla a ella ni a la embajada.
No se descarta que el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, le prometiera a su mejor amigo Jared Kouchner, promotor de los acuerdos y yerno del presidente estadounidense, que Arabia Saudí seguiría los pasos de los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein y que firmaría el segundo o el tercer convenio. Pero no logró persuadir a su padre de que lo hiciera y ocultó el uso del espacio aéreo saudí por parte de los aviones israelíes y la luz verde dada a Bahrein para seguir el mismo camino que los Emiratos Árabes Unidos. Pero todo esto es especulación mientras no haya pruebas convincentes.
Existe la teoría de que se produce un “intercambio de roles” entre el rey de Arabia Saudí y su príncipe heredero, así que el rey se opondría a una medida mientras que el príncipe heredero la aceptaría. Arabia Saudí ha emprendido acciones encubiertas para normalizar las relaciones con el régimen de ocupación mediante el envío de funcionarios, incluidos príncipes de la familia gobernante, como el príncipe Turki al Faisal, ex jefe del servicio de inteligencia saudí, a los territorios ocupados. Riad también ha utilizado sus ejércitos cibernéticos para sentar las bases de esta normalización y fomentar la proximidad a “Israel”.
Es difícil para un observador estar seguro en estos días de la exactitud o inexactitud de esta teoría debido al encubrimiento de Arabia Saudí de las políticas y posiciones relacionadas con este asunto dado que el rey de Arabia Saudí habla muy poco y tiene muy pocas reuniones cara a cara, mientras que el príncipe heredero se ha escondido fuera de la vista probablemente por razones de seguridad y con su mano de hierro maneja los medios y arresta a cualquiera dentro de la familia gobernante o en instituciones religiosas y mediáticas que se opone a él. Ahora se encuentran tras las rejas una gran cantidad de príncipes y ulemas de los que se sospecha que le han criticado incluso en reuniones privadas.
El liderazgo saudí en el mundo árabe-musulmán ha estado en declive en los últimos años debido a las sospechas de normalización de las relaciones con el régimen ocupante y la guerra contra Yemen. Los líderes saudíes temen que cualquier intento de normalizar las relaciones bajo la presión de EEUU conducirá a crisis internas y a la pérdida de la “gloria” de Arabia Saudí y la gestión absoluta de los lugares sagrados de La Meca y Medina ante la creciente tendencia de los países islámicos que buscan excusas para hacerse cargo de esta gestión.
La normalización de relaciones con “Israel” provocaría una ruptura entre Arabia Saudí y un gran número de organizaciones islámicas y ulemas en el mundo que han condenado estos procesos y debilitaría aún más el papel de Arabia Saudí en el mundo musulmán.
La versión del Wall Street Journal es que el rey saudí y su príncipe heredero tienen posturas divergentes en ese tema. Esto puede tener consecuencias peligrosas para el país en un futuro próximo y podría dar lugar a cambios inesperados en el gobierno saudí en las próximas semanas o meses.
Source: Rai al Youm