Veinticuatro horas después de la liquidación del jefe de la red siria de contrabando de petróleo en Hasaka, cuando este último se preparaba para cruzar las fronteras y pasar por el paso fronterizo de Al Walid en Iraq por el que pretendía transitar petróleo sirio con destino a Turquía, un helicóptero militar estadounidense fue derribado este sábado 31 de octubre.
Fuentes locales aseguran que el helicóptero fue alcanzado por disparos desde el suelo, lo que, por cierto, se confirma por el hecho de que el helicóptero se incendió antes de caer al suelo.
Y no en cualquier lugar: en Al Shaddadeh, donde EEUU tiene una base militar bien equipada cuya función principal no es solo traficar con petróleo a través de las FDS, sino también con terroristas daeshistas, cientos de los cuales han sido liberados y arrojados a las fronteras sirio-iraquíes.
Al Shaddadeh fue, recordemos, hace unos días, el escenario de una operación de comando en medio de la noche que los agentes kurdos del Pentágono afirmaron haber neutralizado con bastante rapidez.
Un helicóptero estadounidense derribado significa que las fuerzas especiales estadounidenses comienzan a perder el control de sus posiciones frente a un ejército tribal que está ampliando su campo de acción día a día.
El sitio cercano a los terroristas, Jesr Press confirma la caída del helicóptero estadounidense en el campo del sur de la gobernación de Hasaka, pero testigos presenciales van más allá al afirmar que el dispositivo se habría estrellado dentro de la base estadounidense, señal de que los atacantes, visiblemente equipados con misiles antiaéreos, estaban bien atrincherados allí antes del ataque. El sitio cercano a los terroristas también se apresura a describir en detalle cómo el helicóptero, quedó “completamente destruido en el accidente” y ardió durante tres horas, “mientras los refuerzos corrían por todo el lugar para rescatar a los heridos”.
Según fuentes locales, varios helicópteros AH-64 Apache y UH-60 Black Hawk están desplegados en la base de la coalición estadounidense en Al Shaddadeh a los que se suman aviones V-22 de despegue y aterrizaje vertical. Si continúan las operaciones de comando o incluso el lanzamiento de misiles contra la base estadounidense, sería demasiado difícil para Washington mantener el flujo de terroristas a Iraq y a otras partes del territorio sirio desde la orilla este. Sobre todo porque están empezando a aparecer nuevos armamentos en el panorama, visiblemente gracias a los intercambios militares cada vez más intensos entre Siria e Irán e incluso Siria y Rusia. Si en el norte ahora son los misiles Iskander o incluso Kalibr del ejército ruso los que apuntan a los terroristas, en el este de Siria pero también en el norte, es el arma de la Resistencia la que cambiará la situación.
Source: Press TV