El ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno de Argelia, Ammar Belhimer, afirmó que “debido a que Argelia se mantiene en sus nobles posiciones a favor de causas justas, como las de los pueblos saharaui y palestino, y se niega a la normalización con el Estado sionista, muy de moda últimamente, es y será objeto de ataques mediáticos y críticas de mercenarios de todo tipo”.
Ammar Belhimer subrayó que “Argelia es objeto de un flujo ininterrumpido de ataques verbales que nos llegan desde Francia tras la resolución del Parlamento Europeo (PE) sobre la situación de los derechos humanos en Argelia.” .
Para el ministro, “esta no es la primera vez que los grupos de presión que se mueven en el Parlamento Europeo han intentado en vano incluir a Argelia en la lista negra de derechos humanos y libertades individuales, adoptando resoluciones similares que, con el tiempo, se vuelven aburridas y provocan una sensación de déjà vu”.
“Argelia acaba de ser citada nuevamente, el jueves 19 de noviembre de 2020, en un documento que presenta un panorama desolador de la situación de los derechos humanos y las libertades en el país”, agregó el portavoz del Gobierno.
El ministro sostuvo, al respecto, que “las ONG y sus medios de comunicación locales y representantes políticos no quedan fuera de estos ataques”.
Dijo, al respecto, que “el camino que se ha tomado para estos ataques es la guerra electrónica”.
“Un actor que a menudo se pasa por alto está detrás de la proliferación del discurso de odio, la división y los llamamientos a la guerra civil: la NSO, la compañía de vigilancia israelí más grande fundada en 2010 por Omri Lavie y ShalevHulio, ambos graduados de la famosa unidad de inteligencia militar israelí 8200, cuyo software espía Pegasus es utilizado por algunos gobiernos árabes que han iniciado procesos de normalización, especialmente Marruecos, para intimidar, amenazar o desacreditar a los patriotas y opositores en las redes sociales. Estos últimos se encuentran en las garras de una “violencia expresiva” de los “trolls”, expresión con la que designamos a los “internautas más o menos maliciosos, uno de cuyos objetivos inocuos es “sabotear” los hilos de discusión generando artificialmente controversias”, explicó.
Más profundamente, continuó, “el ciberacoso que emana de los trolls extranjeros, en particular israelíes o marroquíes – con el apoyo tecnológico francés – busca romper el tejido social y desestabilizar nuestro país. Más allá del “trolling” o la agresión como registro de expresión, el ciberacoso y el discurso de odio que se propaga a una escala preocupante es la clara expresión de una injerencia intolerable”.
Source: Agencias