La propagación de fenómenos como la traición y la corrupción dentro del “ejército israelí” indica la profundidad de la crisis interna que azota al régimen israelí. A pesar de los exorbitantes gastos, el “ejército israelí” no puede proteger sus bases de los ladrones. Según la tradición militar mundial, un arma es, de hecho, el honor de un soldado y el desarme de un soldado es un medio para humillarlo y difamar su honor, con consecuencias adversas para su moral. Sin embargo, el robo de armas en los territorios ocupados y entre los israelíes se ha convertido en un fenómeno común.
Recientemente, se han distribuido armas israelíes entre colonos y contrabandistas sionistas; los adquirieron sobornando a soldados israelíes. El periódico Yediot Aharonot, que revela el robo de municiones de una base militar israelí, informa que puede haber sido el robo de armas más grande jamás registrado en la historia del régimen israelí.
A pesar de las draconianas medidas de seguridad que el ejército sionista afirma haber implementado en sus bases militares, los contrabandistas lograron cometer uno de los mayores robos en la historia de “Israel”.
Según el diario, los ladrones entraron en la base de Tasilim (el sur de Palestina ocupada) con la ayuda de soldados israelíes y pudieron robar 93.000 balas.
En diciembre de 2020, el Canal 12 de la televisión israelí, citando fuentes militares, reveló que 40 rifles habían sido robados de una base militar en el norte de Palestina ocupada, cerca de la frontera con Líbano. Tras el robo, el ejército expulsó al oficial de la base y a su adjunto. Otros 15 militares fueron objeto de degradaciones, despidos y reprimendas.
El Canal 12 informó que bases militares habían sido saqueadas varias veces en los últimos años.
En 2019, el periódico israelí Maariv publicó un informe sobre el robo de equipo militar, armas y bombas de una base militar.
Source: ejército israelí