Según el sitio web libanés El Nashra, desde que el régimen sionista atacó el Líbano en 1982, el objetivo de los ocupantes era acabar con la Resistencia en Líbano y Palestina, que es un obstáculo para el proyecto sionista de dominar el territorio del mundo árabe y eliminar la cuestión palestina. Las siguientes líneas resumen el artículo.
Al conspirar contra los países árabes, el régimen sionista intentó lograr sus objetivos, los más obvios de los cuales son los siguientes:
– La rendición de los países árabes uno tras otro y obligarlos a firmar un acuerdo de compromiso y reconocer al régimen sionista y su supuesta soberanía sobre todas las tierras palestinas. Los sionistas querían que el Líbano fuera el segundo país árabe después de Egipto en firmar un acuerdo de paz con el régimen ocupante. Y fue con el objetivo de obligar a Siria a suscribir un acuerdo de paz con el régimen sionista que presionaron a ese país.
– Establecer relaciones con los países árabes a todos los niveles y ejercer una dominación política y económica sobre ellos para que los sionistas pudieran saquear fácilmente su riqueza y recursos naturales como el petróleo y el gas.
– La transformación del régimen sionista en el centro y eje del capitalismo colonial en el que todos los países árabes estuvieran enteramente en manos de los israelíes bajo los acuerdos que firmaran con este régimen.
Estos son parte de los objetivos estratégicos del régimen sionista. Para lograrlos, el régimen ocupante ha contado en gran medida en el apoyo de Washington y los regímenes árabes reaccionarios que, sin lugar a dudas, están subyugados a EEUU.
A pesar de su dominación y ocupación en Palestina, los sionistas sufren considerablemente una debilidad generalizada que les ha obligado a retroceder:
– La fase de retirada del régimen sionista comenzó desde el Líbano y llegó a Gaza. Luego, el surgimiento del eje de la Resistencia, liderado por la República Islámica del Irán, se convirtió en una pesadilla para los ocupantes. Este eje tiene una visión estratégica y una determinación para derrotar los proyectos sionistas y estadounidenses. En 2000, cuando los sionistas ocuparon territorio libanés y trataron de obligar a los libaneses a normalizar sus relaciones con la entidad sionista, la Resistencia infligió una dura derrota al régimen sionista y lo obligó a retirarse del Líbano.
Esta dura derrota rompió el falso orgullo creado por los sionistas con respecto a su ejército y terminó con la ilusión de algunos países árabes de que la Resistencia era incapaz de enfrentarse al ejército israelí.
Desde la derrota de la entidad sionista en Líbano en 2000, el ejército israelí sufre un gran desafío que son el Líbano y Hezbolá, y ha centrado todos sus esfuerzos en superarlo y restaurar su imagen en la opinión pública israelí e internacional.
Las conspiraciones del régimen sionista en el Líbano contra Hezbolá, como el asesinato de Rafiq Hariri, no tuvieron ningún efecto sobre la Resistencia, y el poder disuasivo de Hezbolá y sus misiles de alta precisión, que se han convertido en una pesadilla para los sionistas, han colocado a Tel Aviv en un estado de impotencia.
Source: En Nashra